De haberse casado hace 25 años, la fiesta de Dalma Maradona (30) y Andrés Caldarelli (31) habría sido de lo más normal del mundo, pero la prohibición de llevar celulares al evento resultó toda una rareza en las puertas de la segunda década del siglo XXI. Y si bien en un principio la condición de la actriz había generado críticas y resistencias en una era en la que todos están hiperconectatos, el resultado fue un suceso absoluto.
Así lo evaluó Dalma, y a la misma conclusión llegaron sus 300 invitados, tal como ella misma confesó en una entrevista con Los Ángeles de la Mañana. "Fue increíble. De hecho, la gente que criticaba, porque quería el celular, me terminaron agradeciendo haberlo dejado", aseguró.
"También el clima del casamiento para mí tuvo mucho que ver con eso. Tenían que hablar sí o sí con otro. No les quedaba otra alternativa", justificó la hija mayor de Diego Maradona (57) y Claudia Villafañe (56). Es más, Dalma destacó que ninguno se animó a ingresar con su smarphone escondido.
Claro que la medida que tomaron para resguardar su intimidad y fomentar la interacción cara a cara de todos sus seres queridos tuvo una contrapartida. "Antes de salir, con Andrés estábamos re nerviosos atrás de la pantalla, entonces le pregunté a un tipo qué hora era. Ahí, re caliente, me respondió 'no sé, si me hiciste dejar el celular'", reveló Dalma Maradona con humor.