Como en cualquier programa de concursos televisivos, los participantes de ¿Quién quiere ser millonario? aspiran a ganar el premio mayor para mejorar su vida o la de sus seres queridos. Aunque el martes por la noche Marina Simian sorprendió por su altruista motivación a la hora de destinar los 500 mil pesos con los que se alzó en el programa de Santiago del Moro: “Soy científica del Conicet y dirijo un grupo de invstigación en la Universidad Nacional de San Martín. Trabajamos en el desarrollo de nuevas terapias para el cáncer y en realidad vinimos acá porque si recaudamos algo es para la investigación”.
Sin estridencias, con absoluta franqueza, la doctora en Ciencias Biológicas por la UBA y la Universidad Berkeley se sinceró en pantalla, y la inmediata reacción en el estudio fue un aplauso cerrado de admiración. “La situación actual es bastante complicada y con mi equipo de trabajo pensamos que esta era una buena oportunidad”, se lamentó en cuanto a la financiación estatal para la investigación y el desarrollo de los científicos locales.
“Soy científica del Conicet y dirijo un grupo de invstigación en la Unsam. Trabajamos en el desarrollo de nuevas terapias para el cáncer y en realidad vinimos acá porque si recaudamos algo es para la investigación”.
El nombre de la investigación que lleva a cabo junto a algunos de los colegas que la acompañaron en la tribuna es "Los macrófagos como blanco terapéutico en cáncer de mama y glioblastoma: estrategias terapéuticas basadas en la utilización de nanopartículas multifuncionales". Relajada, Marina contó que todas las mañanas sale a correr ya que es su “momento de reflexión” y comentó: “Estoy casada, tengo tres hijos, de 20, 18 y 14 años. (...) Yo dedico mucho tiempo a trabajar, a la familia y al deporte. A las tres cosas”.
Al final, tras asegurarse el medio millón de pesos luego de fallar en conseguir los 750 mil, Marina Simian dejó escapar unas lágrimas de orgullo y felicidad: “Qué emoción, no pensé que iba a llegar hasta acá. No lo puedo creer”.