A los 33 años, Pamela David logró formar la familia que siempre soñó. Dedicada a ser madre full time, la conductora de Desayuno Americano disfruta sin despegarse de Lola, la hija de un mes que tuvo con el empresario Daniel Vila (59).
"Ahora estoy en una burbuja, vivo entre Lola y Daniel, porque también hay que atender al marido”, confesó la conductora de Desayuno Americano.
En el medio pasó por una buena relación y una dolorosa separación del basquetbolista Bruno Lábaque, con quien tuvo a Felipe, de 5 años. “Felipe la adora a Lola, está todo el día diciendo 'qué linda que es Lola. ¿Por qué será tan linda, mamá?' Pero a la vez me pregunta: '¿Por qué nunca nos deja a vos y a mí solos?' Tiene celos y está bueno que lo diga”, contó Pamela en la revista Gente, quien encontró una manera muy particular de definir su maternidad: “Me siento como una mamá canguro. Estamos pegadas. La tengo encima todo el día”.
La conductora se tomó licencia en Desayuno Americano y eso le permite estar con la beba todo el día, de modo que aún no retomó ninguna de sus actividades laborales. “Lola está prendida todo el día. ¡Soy un chupete ambulante! En esta licencia puedo estar con ella, y no a todas las madres les pasa. Lo mío es una bendición. Me desgasta el cuerpo, pero el vínculo que se crea entre nosotras es espectacular”, relató.
"Lola está prendida todo el día. ¡Soy un chupete ambulante!", bromeó Pamela.
Claro que la llegada de la pequeña no sólo le cambió la vida a ella, sino que también afectó al resto de la familia. Vila tiene otros cinco hijos (Agustín de 29, Belén de 26, Bárbara de 23, Magdalena de 17 y María Luisa de 9), y ellos también recibieron muy bien a Lola. “Es una beba amada por toda la familia”, declaró Pamela.
Si bien en las fotos se la ve radiante, la conductora asume que su cuerpo ya no es el mismo, teniendo en cuenta que recién pasó un mes del nacimiento. “Volver a mis medidas es un anhelo lejano. Ahora estoy en una burbuja, vivo entre Lola y Daniel, porque también hay que atender al marido”, sostuvo.
Claro que eso no empaña ni un poco la brillante etapa que atraviesa. “A veces evito decir lo feliz que estoy para no crear envidias o enojos. Pero vivo un momento sin pálidas, pleno de felicidad y lo vengo disfrutando a full”, confesó la flamante madre de Lola, que la tiene “fascinada”.
Y no es para menos, las fotos lo dicen todo.