Lindsay Lohan suma una nueva adicción. Hay que reconocerlo, por lo menos, esta no le hace daño a su cuerpo. Recordemos que la muchachita estuvo involucrada en varios casos de drogas y alcohol. El tema ahora es que la actriz no puede dejar Twitter.
Durante su estadía en la clínica Betty Ford, la modelo se la pasaba mandando mails y twiteando. Ese vicio ahora se le hizo una adicción y no puede estar sin su aparatito en la mano.
"Sólo le permiten usar su móvil dos horas al día y únicamente para mantener el contacto con su familia y sus amigos más allegados", dijo un allegado al diario The New York Post.
Es verdad, es un vicio que no hace mal. Pero también hay que destacar que la chica necesita aferrarse siempre a algo. Mientras no sea la droga…