Contrario a lo que se puede esperar a un final común y corriente, en “Botineras” optaron por un final sin besos y con villanos que escapan impunes.
La historia, que comenzó contando el “lado B” del mundo del fútbol y que terminó en un intrincado policial con más muertos que una película de Rambo, llegó a su final en la pantalla de Telefé luego de 150 capítulos. Y así, con un final un poquito atípico, “Botineras" terminó sin nadie caminando hacia el altar y con algunos villanos que siguieron haciendo de las suyas.
“El Chiqui” Flores, el personaje de Nicolás Cabré, comenzó la ficción como destinado a terminar en los brazos de Laura, la mujer policía que dio vida Romina Gaetani... pero a medida que fue pasando la trama, cada uno siguió su vida por separado y, aunque el final los encontró amigos, no tuvieron un final a los besos y los abrazos. Los que sí terminaron con el amor a flor de piel fueron los futbolistas “El Flaco” y Lalo, la primer pareja homosexual protagónica en una ficción nacional.
Pero, ¿qué pasó con los villanos de la novela? Bueno, Nino Paredes (Gonzalo Valenzuela), el más despiadado de todos, terminó -efectivamente- tras las rejas. El que sí escapó impune fue el otro malvado, Tato Marín (Damián de Santo), que escapó de la justicia y se fue a Paraguay para rearmar su vida de fecharías bajo un nombre falso.
Y, como no podía faltar, “Botineras” tuvo también la “mala” que se reivindica al final y se arrepiente de sus crímenes: Marga (Isabel Macedo) asesinó a dos personajes en la tira (uno fue el de Florencia Peña), pero, arrestada por la policía y purgando una pena por homicidio, Marga dio vía libre al “Chiqui” para que rehaga su vida junto a la bebé que tuvieron.
¿Qué te pareció el último capítuo de la tira de Telefé?