Su nombre es Igor y tiene, además de una profesión, un hobby muy especial: tallar muelas y dientes.
Y es que este odontólogo de la ciudad siberiana de Irkutsk dedica su tiempo libre al tratamiento artificial de la dentina de aquellos dientes que ya están fuera de la cavidad bucal de sus pacientes.
Pero claro, esto que parece un particular hobby, puede ser mal visto por algunos. Sin embargo, sus pacientes aseguran que no tienen sospechas sobre que el doctor estuviera interesado en extirpar una muela sana, al contrario, aseguran que Igor sabe curar los dientes mucho mejor que pintarlos y tallarlos.
“Taladrar un poco con la fresa, pocos instantes de calentamiento, una gota de barniz, y la imagen escultórica diminuta conocida como netsuke (una palabra japonesa) ya está hecha”, comenta el médico. El odontólogo dice que en general, la afición no le produce beneficios, pero un día lo visitó un cliente —y no paciente— de Nueva York, le trajo una muela de su madre y le pidió que le hiciera algo especial. La convirtió entonces en la imagen de la Virgen María y el muchacho quedo maravillado.
Lo cierto es que, para los más chicos, el trabajo de Igor es también un objeto de diversión: sus dientes se convierten en pequeñas muñecas después de que les salgan. Sin embargo, lamentablemente a Igor los dientes de leche no le interesan mucho ya que para su arte son demasiado frágiles.