La Saga Crepúsculo: Eclipse está en nuestros cines y por eso hoy te contamos algo antes de que la vayas a ver.
En esta oportunidad, Bella Swan (Kristen Stewart) y el pueblo que habita, tendrán algún problema cuando se decubra una misteriosa serie de asesinatos en Seattle, debido a un ejercito vamp que se encuentra en gestación en esa ciudad. Pero además, Bella tendrá otros problemas: afrontar la decisión de convertirse o no en vampiro y definirse sentimentalmente por Edward Cullen (Robert Pattinson, vampiro) o por Jacob Black (Taylor Lautner, lobo adolescente).
Es llamativo que en una película de espectáculo, con hombres lobos y vampiros, sólo haya dos escenas de acción (y ninguna de terror). Todo en esta tercera entrega está hablado y sin idea de puesta en escena alguna. Pero lo que más llama la atención es que esos dos únicos momentos de "espectacularidad" estén tan mal filmados y realizados con una enorme pereza.
Pero hay algo que es mucho más molesto en la película y es su visión del sexo. Para La Saga Crepúsculo: Eclipse la sexualidad es algo a temer, y es ahí dónde más hace incapié para asustar y no con los lobos y los vampiros. Hay dos escenas terriblemente histéricas en esta película pacata. Una es cuando Bella quiere tener sexo con Jacob e histeriquean largo rato hasta que él dice que no, que "es peligroso", y que de hacerlo tendría que ser después del casamiento, que suponemos que para entonces ya no debería ser tan peligroso. La otra es cuando Bella y Jacob se encuentran en el tope de un cerro y el frío crudo acecha a la protagonista; como sabemos, Robert es un vampiro y tiene sangre fría, por lo cuál no puede darle calor, así que llega Jacob quien le hace cucharita, y así Bella puede dormirse tranquilamente, pero por supuesto que no hay sexo. Además, para sumar histeria, el vampiro se queda todo el tiempo presenciando eso y tiene una charla con el lobo, mientras la chica duerme, en la que, prácticamente, deciden el destino de la vida de la pobre Bella. En los dos casos, la decisión es masculina y el sexo queda vedado.
A veces aparece la pregunta de por qué estas películas son tan exitosas. El público que cosume esto es en su mayoría adolescente. Y se sabe que la adolescencia es un momento de necesidad de forjar una identidad propia que va muy de la mano con el conocimiento de la propia sexualidad. Y, sobre todo, la adolescencia es un período de mucha confusión. La Saga Crepúsculo: Eclipse, más como un producto que como cine, tiene esto en claro y utiliza el guión como herramienta marketinera. Eso está mal, pero mucho peor que lo haga con semejante perversidad, buscando identificación en la confusión, y generando un mayor grado de esta, sólo para vender mas pines con la cara de Robert Pattinson.
Si no sos fan de Pattinson y los vampiros podés elegir otros estrenos de la semana:
El Recuento de los Daños, de la argentina Inés de Oliveira César, que relaciona el mito grigo de Edipo con la última dicatadura militar; Verónika Decide Morir, basada en libro de Paulo Cohello, con Sarah Michelle Gellar; Océanos, documental de Disney que recorre los cinco oceanos del planeta y la checa Amores de Diván, de Jan Prusinovský, sobre los devenires amorosos de un psiquiatra.
¿Vos con cuál te quedás?