El espíritu lúdico es parte de la naturaleza humana. Y la televisión siempre supo aprovecharlo. Ahora, fruto del auge tecnológico, los juegos se han sofisticado: playstation, videojuegos, competencias on-line y hasta el Second Life (Segunda vida), un universo virtual donde la gente se divierte asumiendo una nueva identidad que ya no es la de un humano sino la de un avatar. Lo llamativo es que, en medio de tanta novedad, la TV siga seduciendo a las grandes audiencias con programas de juegos tan simples como tradicionales.
Los casos más notables son Justo a tiempo (Telefé, de lunes a viernes a las 21) y El último pasajero (Telefé, domingos a las 19.45). Y aunque con menos rating que esos dos ciclos, Gerardo Sofovich sigue con su clásica receta de entretenimiento televisado en La noche del domingo (Canal 9, domingos a las 22). En RSM (América, lunes a viernes a las 22.15), se han incluido dos segmentos de juegos: el "Trabaletras" y "Doblados". En Este es el show (El Trece, sábados a las 13), también hay secciones de juegos simples: "¿De qué color es?", "¿Cuántas hay?" y "Mayor o menor", entre otros. Susana Giménez supo conseguir rating con una competencia de karaoke, "Dígalo con mímica" y "El imbatible", un concurso de preguntas y respuestas que planea reeditar en la temporada 2009. En breve, Florencia Peña conducirá Flor de palabra (Telefé), la versión local de 20Q, un formato extranjero que ha causado sensación en numerosos países.
¿Por qué atraen a los espectadores los juegos televisivos? Esa es la pregunta del millón. Sobre todo si se considera que el fenómeno, lejos de ser patrimonio exclusivo de la Argentina, también se da con fuerza en la televisión globalizada. Tal ruido hacen esos programas desde tanto tiempo atrás que inspiraron películas: por caso, Quiz show y Slumdog millionaire, el film multipremiado en la última entrega de los Oscar. Además, el género siempre ha suscitado polémica: uno de sus detractores fue nada menos que Federico Fellini; entre sus defensores, vale citar al sociólogo francés Dominique Wolton, especializado en el análisis de los medios audiovisuales (Ver A favor y En contra).
Para no sentirnos tan solos
Puesto a responder el interrogante clave, Gastón Portal (productor de RSM, el ciclo que conduce Mariana Fabbiani) encuentra una explicación en la propia naturaleza humana: "El ser humano es originalmente lúdico pero a medida que crece va perdiendo la capacidad de jugar -razona-. El casino es el único sitio donde los adultos siguen tomando en serio al juego. ¿Por qué? Sólo porque allí hay dinero de por medio. Yo sigo siendo lúdico: todavía me divierte el TEG, el ajedrez, la playstation, los juegos de mesa y aunque no apuesto mucho, disfruto del casino."
"En cuanto a la televisión -agrega Portal-, no hay que olvidar que es un medio en constante proceso de cambio y que, hoy por hoy, la TV abierta es el último rincón donde, de vez en cuando, la familia se junta a compartir un contenido. Tal vez, los juegos tocan esa fibra de lo que aún se puede compartir en familia".
Claudio Villarruel, director artístico de Telefé y, además, sociólogo, advierte que los ciclos de juegos han regresado con fuerza a la TV tras un período en el que los reality-shows se habían adueñado del entretenimiento. "En el contexto de tensión que vive el mundo actual, la gente busca relajarse un rato con propuestas ágiles y simples. Además, la posmodernidad está llena de seres solitarios; para ellos, la TV cumple un rol de acompañamiento semejante al que tuvo la radio en otra época. Muchos de los que pasan horas en Internet lo hacen por una gran necesidad de comunicarse. Pero en su soledad, a veces quieren sentir cierta calidez, un feed-back que la web no les da y, entonces, se entretienen mirando programas de juegos y llamando para participar telefónicamente".
Cuando se preparaba Justo a tiempo, Villarruel pidió que los juegos fueran "los más simples, los que no dejen a nadie afuera; semejantes a los que jugábamos en la infancia", cuenta. El rating demostró que no se había equivocado. "Ocurre que la simpleza es atractiva para quien juega desde su casa -explica-. Y además, los premios de Justo a tiempo son tentadores. Incluso el que consiste en pagarle al ganador la factura de luz, gas o teléfono pasa a tener mucho valor, porque en estos tiempos de crisis 200 o 300 pesos resultan valiosos". Dicho eso, agrega que la clave de Justo a tiempo está en su conductor, Julián Weich. "Su capacidad de comunicarse con el público es fundamental. Sin él, este formato no sería tan atractivo", asegura.
En la misma emisora, El último pasajero, conducido por Guido Kaczka, no hace otra cosa que aggiornar lo que realizó Silvio Soldán largos años atrás: poner a dos escuelas de nivel medio a competir por el viaje de egresados a Bariloche. Y, sorprendentemente, la fórmula sigue funcionando con las nuevas generaciones, criadas en la lógica digital. "Es que el programa va los domingos después de las 19, un momento en el que ni Facebook te levanta el ánimo -se ríe Villarruel-. En otro horario, no funcionaría igual. La energía de Guido y la efervescencia de los estudiantes, en vivo, resulta atractiva a la hora del bajón dominguero. El 40 por ciento de la audiencia del programa está compuesta por adolescentes, y ellos arrastran a sus hermanos menores y a sus padres. Así, termina siendo un ciclo familiar. Los domingos se mira la TV de un modo más pasivo y haciendo menos zapping que en los días de semana, signados por el vértigo: eso ayuda muchísimo a un programa como El último pasajero".
A pesar de Internet
Según Julián Gallo, consultor de medios interactivos, "la televisión abierta no se permite ninguna sofisticación porque su naturaleza es muy masiva; apunta a abarcar una audiencia que incluya a un niño de seis años y también a sus padres, y los programas que lo consiguen son los que resultan exitosos".
"Los ciclos de juegos parecen ignorar que desde Sábados circulares hasta ahora han pasado más de 40 años y que, en el medio, aparecieron fenómenos como Facebook o Youtube -agrega-. La TV abierta sigue siendo el medio más influyente pero cuando sos usuario de Internet, tenés la sensación de que responde a otra época. Yo no entiendo por qué tengo que ver determinado programa cuando empieza y no cuando yo lo quiero ver, cosa que puedo hacer en la web. Tampoco comprendo por qué los juegos televisivos siguen siendo tan elementales en comparación con los que están disponibles en Internet".
Con todo, la gente sigue sentándose frente al televisor para ver esos juegos sencillos. "Eso muestra que aún hay distintas civilizaciones conviviendo y consumiendo un menú de medios muy diferentes -interpreta Gallo-. El gran tema es que los más jóvenes se están desplazando de la pantalla chica a la web. Estamos ante una migración de audiencias pero el fenómeno todavía es muy reciente. En relación al vínculo entre la TV e Internet aún hay más preguntas que certezas".
Importación y exportación
Con independencia de los ciclos que los tienen como protagonistas, los juegos también sirven de comodín en ciclos de entretenimiento o interés general. ¿Por qué los incluyen?
Gastón Portal responde en estos términos: "El concepto inicial del ciclo estaba definido por su título El resumen de los medios (RSM) y era para una hora de aire. A medida que Mariana (Fabbiani) fue creciendo como conductora, la duración se extendió y dado que el programa es diario y en vivo, siempre hay que estar agregando propuestas".
En 2008, cuando la BBC compró parte de su empresa, G P Media, el trato tuvo dos pilares: que la compañía de Portal produzca formatos del catálogo de la BBC para Latinoamérica y que genere proyectos propios a fin de que la BBC los distribuya en el mundo. En ese contexto, Portal se interesó por "Hard spell", un ciclo inglés donde los niños miden su habilidad en el deletreo. "Para empezar, quisimos lanzarlo como un segmento que adaptamos para RSM: en vez de niños, los concursantes son famosos". Luego, GP generó "Doblados", una competencia donde las voces de los competidores doblan segmentos de películas o programas.
¿Es necesario adaptar los juegos importados o se pueden realizar tal y como fueron concebidos en el exterior? Villarruel y Portal coinciden en la respuesta: la extrapolación inmediata no suele funcionar; lo aconsejable es ponerlos en sintonía con la idiosincrasia argentina.
"Los cambios no siempre son significativos. En Trato hecho, por ejemplo (lo condujo Weich en 2003), la única variación que hicimos fue incluir más participantes que en el original -comenta Villarruel-. Y cuando exportamos un formato, nuestra política es darles libertad total a los compradores para que lo adapten como quieran, porque creemos que en esas condiciones fluye la creatividad. Para muestra, lo que ocurrió con el ciclo de juegos El legado: se vendió a muchos canales europeos pero la adaptación que hizo la RAI en Italia es muy diferente de la que se realizó en España". Es comprensible, el espíritu lúdico es universal pero a la hora de ponerlo en práctica, cada cual atiende su juego en función de su audiencia.