Parece que existe una relación entre la manera de andar y el tipo de orgasmo que puede experimentar una mujer, lo demostró un estudio escocés.
A lo mejor es algo se puede aprender, a lo mejor podemos instruirnos en algunas señales clave. Ver pasar a una mujer y saber si tiene o no orgasmos vaginales: no me cabe duda que más de un varón tendrá su teoría al respecto. Pero por ahora, en rigor, sólo algunos sexólogos expertos parecen haber arribado a una conclusión.
La idea fue del escocés Stuart Brody. Primero diseñó un cuestionario sobre aspectos íntimos de la sexualidad que respondieron 16 universitarias. Hasta ahí ninguna novedad. Pero luego las filmó mientras caminaban, vestidas por supuesto, como lo harían normalmente en un espacio público. Después entregó los tapes a algunos sexólogos que observaron atentamente el modo de andar de las chicas.
Por supuesto, los sexólogos sólo veían el tape y no contaban con ninguna información acerca de la vida sexual de las mujeres. Lo sorprendente es que los especialistas pudieron inferir correctamente en un 80 por ciento de los casos, si las mujeres experimentaban o no orgasmos vaginales, con solo verlas caminar.
Una de las explicaciones es que la postura que adopta el cuerpo, puede predisponer o, por el contrario, disminuir las posibilidades de que una mujer tenga un orgasmo.
Por ejemplo, músculos pélvicos contraídos pueden estar asociados a bloqueos psicológicos vinculados al sexo. Esa contracción muscular es la misma que se revela al andar y que le impide a la mujer disfrutar en determinadas circunstancias. En otros casos, la fluidez del paso y la postura que relaciona las piernas, las caderas y la columna, hablan de una naturalidad equivalente a la hora del sexo. Eso sin contar que las mujeres plenamente satisfechas en el terreno sexual suelen expresar mayor seguridad respecto a su cuerpo y en la manera de moverse.
Más allá de lo pintoresco que pueda resultar el diagnóstico, la cuestión que logran desentrañar en este estudio es el vínculo que se establece entre el cuerpo, sus músculos, la psiquis y la experiencia sexual. Además, los investigadores apuntan a demostrar el efecto que pueden tener algunos ejercicios musculares y respiratorios en el tratamiento de disfunciones sexuales.
Si alguno ya se las ingenió para detectar la capacidad orgásmica de las chicas que ve pasar por la calle, que avise. Esperemos que las mujeres que son especialistas para fingir sus orgasmos no se propongan falsificar su andar...
Fuente: The Times of India
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