En el Reino Unido, el Street Art no es ninguna novedad. De la mano de artistas como Banksy, que logran impactar a la opinión pública con piezas tan sorprendentes desde lo conceptual como geniales desde la técnica, se posicionó como una presencia más en las ciudades. El Graffiti, por otro lado, es una epidemia que afecta a las paredes y a los trenes. En ese campo de batalla urbano, la galería RareKind (Brighton) invita a los artistas del género a exponer desde hace diez años, siendo una de las pioneras en el mundo. "La galería RareKind expone trabajo de graffiteros, pero el graffiti es callejero y nunca sería real sobre un lienzo. Nosotros exponemos arte, pero no graffiti", explica David, de la crew RareKind.
¿Cómo se adapta a una galería?
Depende mucho de los artistas. Yo, como dueño de la galería, lo único que quiero vender es trabajo hecho por gente que pintó en la calle y en los trenes. Lo que pinten sobre lienzos, madera, juguetes o ropa no tiene que ser sólo graffiti, sino lo que deseen. Y se nota la diferencia en una muestra de galería entre un graffitero que realmente salió a la calle y un artista al que le guste este género, pero sea más de lienzos. Cuando pintás ilegal, después esa adrenalina te queda también para tu trabajo legal. Lo sentís.
¿La galería le da autenticidad a un graffitero como artista?
El Graffiti significa mucho para mí: los principios, la moral, el modo de vida y eso de tener una voz propia. Los trenes y las calles me enseñaron mucho sobre el mundo en el que vivo, y el trabajo que he hecho sobre lienzos lo representan, aunque el Graffiti sólo aparece en el lienzo en su forma de tags y letras raras, hechas con aerosol. Pero la esencia está en mi arte. Así que no necesitamos autenticación porque tenemos la esencia.
¿El Graffiti vende bien?
Sí, los famosos artistas graffiteros de Nueva York de los años 70 se transformaron en estrellas con el libro "Subway Art" y hoy pueden comisionar y comprar nuevo arte graffitero. Hoy el Graffiti llega a las galerías y los museos, y las piezas se venden en subastas y en reproducciones. Hasta son una buena inversión. En el futuro, los artistas graffiteros van a estar recibiendo premios como el Turner o el Nobel. Y cuando los primeros graffiteros sean viejos y comiencen a morir, tendrán sus películas biográficas. Somos la próxima generación de grandes artistas reconocidos.