Extraño se debe haber sentido Gerardo Sofovich durante 2007 cuando vio, sentado desde su "respetado" sillón de presidente del jurado de Bailando por un sueño, cómo otro hacía exactamente lo mismo que él hizo (o mucho mejor) durante toda la década del 90: mostrar colas.
Extraño se debe haber sentido Gerardo Sofovich durante 2007 cuando vio, sentado desde su "respetado" sillón de presidente del jurado de Bailando por un sueño, cómo otro hacía exactamente lo mismo que él hizo (o mucho mejor) durante toda la década del 90. Porque el show que Tinelli monta todas las noches en el prime time de Canal 13 no deja de tener la misma naturaleza que lo que "El padrino de la televisión argentina" hizo hasta no hace mucho: mostrar culos, chivear desesperadamente cada segundo al aire y armar escándalos con los personajes más bizarros de la televisión. Gerardo no se quiso quedar afuera de este circo y armó su carpita para mostrar su cuota de chabacanería en esta devaluada temporada 2008.
Autoproclamado inventor de todo lo que hubo, hay y habrá en la televisión argentina (incluido Rolo Puente), Gerardo Sofovich ingresó hace un par de semanas a la grilla de Canal 9 para ser, junto a Beto Casella y Viviana Canosa, una de las pocas figuras que tiene la señal con acento nacional. Porque entre tanta novela mexicana-brasilera-colombiana, Sofovich encontró un reducto ideal como para resucitar su producto más "menemista": La noche del domingo.
Según su conductor y mentor, el programa debe tener unos requisitos que son inamovibles: la timba debe estar presente en todo momento, y las secretarias con cara de pavas, listas para el maltrato y con mucho hambre de fama son un clásico. Además, recordemos que La noche del domingo sin el corte de la manzana no sería La noche del domingo.
Entonces, en un lapsus de creatividad absoluta y recordando como Pedro Picapiedra mostraba sus posaderas antes de arrojar su bola de bowling, Gerardo le encontró la vuelta de tuerca que necesitaba y ordenó: "Armen una pista de eso en el estudio pero cambien al gordo por 4 "chicas" bien vestidas, no necesariamente conocidas".
La producción, ni lenta ni perezosa, juntó al plantel estable de pseudo vedettes que Sofovich tiene expuestas en la calle Corrientes y completando con alguna que otra mediática levemente conocida, ex participantes de reality show y rescatadas del olvido, consiguió tener más de una decenas de minas agarrándose de los pelos en la pantalla del 9. Cómo único requisito, Gerardo les pidió que vayan a grabar con pollera cortita y que cada tanto se despachen con alguna guarangada del más bajo calibre para que algún programa de archivos los levante.
Volvió La noche del domingo. Un programa que nadie extrañaba y que, por los números, nadie está muy interesado en ver. Sin embargo, eso no quita que Gerardo se vuelva a sentir el rey del universo. Porque estar en ShowMatch defenestrando bailarines podrá ser muy prestigioso en este medio, pero tener tu propio kiosquito (aunque más no sea en Canal 9) es otra cosa.
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