En Argentina un proyecto oficial presentado por el Secretario de Política Criminal, Alejandro Slockar; y el director del Departamento de Derecho Penal de la Universidad de Rosario, Daniel Erbetta, propone la despenalización de la tenencia para uso personal, del cultivo para autoabastecimiento y de la tenencia de semillas para uso personal. Son tiempos donde los partidarios de la despenalización de la tenencia de drogas creen que algo grande está cerca. La Corte Suprema (de la mano de jueces como Eugenio Zaffaroni y Carmen Argibay) adopta una posición más garantista sobre el tema y recuerda a los años 80, cuando el fallo del caso Bazterrica (1986) declaró la inconstitucionalidad de la pena aplicada a la tenencia para uso personal, privilengiando la esfera individual y respetando el artículo 19 de la Constitución. Según datos de la Secretaría de Programación para la Prevención de Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), un 1,9% de la población ha consumido marihuana, mucho más que el 0,3 que probó la cocaína y el 0,1 que hizo lo mismo con el éxtasis (datos de 2004). En 1999 ocupaba un escalón anterior a la cocaína, pero el consumo se incrementó. Así las cosas, no deja de ser una droga polémica: mientras que en pocos lugares se acepta legalmente su uso terapéutico, el Journal of Clinical Investigation publicó en 2005 un estudio que dio de qué hablar en el mundo entero, llevado a cabo por científicos del Departmento de Psiquiatría de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), que sostenía que la marihuana mejora la actividad del cerebro. El último relevamiento oficial sobre los centros de rehabilitación argentinos dio por resultado que el 25% se trata por adicción al cannabis.
¿Y más allá? El gobierno italiano tomó la decisión de aumentar de medio a un gramo la cantidad de marihuana que puede llevar una persona para su uso personal y así evitarle la cárcel. La ministra de Salud Pública, Livia Turco, modificó con un decreto la ley vigente adoptada por el anterior gobierno conservador de Silvio Berlusconi, que limitaba a 500 miligramos la posesión de cannabis. La ley generó polémica. En el Reino Unido, en cambio, el gobierno censó a 327,466 usuarios de drogas duras, que gastan un costo estimado en 5.9 billones de euros por año en drogas (más de un millón exclusivamente en cannabis, sobre 412 toneladas, a un promedio de 4 euros el gramo). Según el Centro Europeo de Monitoreo de Drogas y de Adicción a las Drogas, el costo de las drogas en las calles del Viejo Continente cayó en un 50% el año pasado, alcanzando pisos históricos. Según el mismo estudio, el 29% de los británicos adultos confesó haber probado marihuana en el último año (una cifra sólo superada en Dinamarca). Y lo que es más llamativo: la gente de 40 años sigue fumando. De esta manera, la marihuana no sería una locura de juventud.