Desde hace algún tiempo, Moria es la referente principal de la medicina ortomolecular, pero es poco lo que se sabe de esta nueva técnica, capaz de revitalizar la piel y el espíritu de mujeres de más de cincuenta años.
"Asumí mi compromiso como paciente porque creo en mí y en el doctor Muhlberger. Tengo una disciplina de un soldadito prusiano, por eso es que conmigo esta técnica hizo eclosión", afirma Moria.
Dice, entre otras cosas, que ella fue el vehículo para que esta medicina adquiriera popularidad y de ese modo se convirtió en modelo de muchas mujeres que se acercaron a la clínica. Sin embargo no se asume como una fanática de los tratamientos: "El fanatismo tiene que ver con algo ritualista, fuera de criterio y esto tiene que ver con la salud; así que soy criteriosa y lo abordo como si fuera una filosofía de vida", concluye.