Al hombre en cuestión, poderoso como pocos en la Argentina, hay un tema que le quita el sueño. ¿El fallo de la Corte Suprema sobre la libertad gremial? Frío, frío. ¿El tsunami económico que sacude al mundo? Helado. ¿Cómo mide el gobierno en las encuestas? Congelado. ¿La presión de la CGT para traer a escena de nuevo la doble indemnización? Menos que menos. Sergio Massa, el influyente Jefe de Gabinete, espera y desespera por su querido Tigre, sorprendente puntero _junto a San Lorenzo_ del Torneo Apertura.
Así como se lo ve, de voz finita y modos refinados, Massa es un "futbolero perdido", capaz de reacciones impensadas como cuando, fuera de sí, se dejó llevar por "una calentura del momento" y le dijo de todo al árbitro Pablo Castagnino. "Me equivoqué, no tenía nada que hacer en ese lugar", fue su rápida autocrítica.
Arquero del montón, a veces en los picaditos de la Quinta de Olivos muta de número 5 metedor, "a lo Mascherano", grafica. " Yo, huevos... Masche conmigo es titular indiscutido. Messi también porque es magia y huevo, y el Kun mete también, eh...", le dijo a Olé, en una desopilante charla de pelota.
Para los Massa, el fútbol es palabra santa en la mesa de los domingos. Comparte el "vicio" con sus cuñados y su suegro, los Galmarini. El jefe de los ministros argentinos está casado con Malena, hija de Fernando "el Pato" Galmarini, ex secretario de Deportes de Carlos Menem y ex diputado; y de la ex diputada Marcela Durrieu. Sus cuñados son Martín y Sebastián. Uno, el primero, jugador emblema mucho tiempo de Victoria y hoy en el plantel de River. El otro, además de presidente del PJ de San Isidro, un obsesivo de la tribuna.
Massa se envalentona de cara a las cuatro fechas que faltan del campeonato. Y ahí Tigre (30 puntos) tendrá que vérselas con Estudiantes (V), River (L), Central (V) y Banfield (L). "En una de ésas... Ya demostramos que hicimos méritos para estar donde estamos." Se infla el pecho por haber bancado en las malas a Cagna, a quien considera un técnico de Selección. "¿Qué lo quieren River y Boca? Vamos a ver si pueden llevárselo", desafía. Y se saca el sombrero, claro, cuando le hablan de Morel, la joyita del club.
A Milagros (6) y a Tomás (3), sus hijos, les metió en la cabeza _partidos de Play mediante_ que "Tigre es un sentimiento, que no puede parar..." Y orgulloso pasea su pasión por los pasillos del poder, donde las chicanas no respetan embestiduras. "Cómo formaría tu equipo de la política", le preguntaron. Y fue al hueso, sin titubear, aclarando de antemano que Cristina (Kirchner, cuál otra) era la "Gran DT" de su ideal 4-42: "Yo al arco... Abajo Alberto Fernández, el senador (José) Pampuro de 3 y Néstor (Kirchner) de 2 con la cinta de capitán. El 4, vacante... De doble 5, el Chango (Héctor Iscasuriaga, Inteligencia) y José López (Obras Públicas): trasladan bien la pelota.
Por izquierda, (Ricardo) Jaime (Transporte). Por derecha, (Daniel) Filmus. Arriba, Aníbal (Fernández) tiene mucha velocidad y capacidad para desmarcarse y Zannini que define bien."
Se define como un "dirigente más" y no lo cree ni él. En la Comisión Directiva cuelga el título de "vocal", pero en el fondo es el que corta el bacalao. Tiene asistencia perfecta de local y, en tiempos de definiciones como los que vivimos, también acompaña al equipo de visitante. ¿Cabulero? El peor de todos, asegura: "Recontra. Soy de los que cuando hay un ataque del equipo contrario dice frases y esas cosas... Cuando estábamos en la B, usaba siempre la misma campera, aunque hiciera 40°".