Estos proyectos tienen su antecedente en una técnica usada por los surrealistas en 1925 llamada "cadáver exquisito" que consistía en ensamblar palabras o imágenes y que se originó en un juego de mesa. Robert Desnos, Paul Eluard, André Bretón y Tristán Tzara, entre otros eran aficionados a escribir una historia, por turno, en una hoja de papel que doblaban para esconder parte del texto. Así se lograban párrafos que saltaban de lo real a lo insólito. Luego la técnica se adaptó al dibujo para crear criaturas mitad humanas y mitad animal.