La apertura del Festival de Tango hoy en el teatro Avenida es la excusa. En un bar para nada arrabalero de Palermo, la presencia de Raúl Lavié y Guillermo Fernández no necesita justificación, pero sí llama la atención la de Claudio Espector, un músico de la academia clásica y la contemporánea.
"Lo que pasa, y es los más interesante, es que nos va a acompañar una orquesta que fue creada para interesar en la música a chicos en situación de riesgo y, así, sacarlos de la peligrosidad del momento", explica Lavié.
El cantante habla de la Orquesta Típica El Porvenir, del Programa ZAP del Gobierno de la Ciudad, que incluye a las orquestas de Lugano, Retiro y Barracas. "Participarán integrantes de las tres, de entre 11 y 20 años", detalla Espector, su responsable.
La decisión de Gustavo Mozzi, director del Festival, de reunir a los chicos con artistas como Lavié, Fernández, Susana Rinaldi, Luis Salinas y Leopoldo Federico, entre otros, entusiasma a Fernández. "Sigo desde hace tiempo este trabajo, que modifica la conducta de los chicos a través de la música. Por eso cuando Mozzi me lo propuso, me enganché enseguida", dice, y asegura que todo funcionará bárbaro, porque "los pibes suenan muy bien". En esa línea, Espector destaca que los arreglos corren por cuenta de Popi Spatocco, Carlos Cuacci y Pablo Agri, entre otros, quienes además se alternarán en la dirección de la orquesta.
¿Cómo reaccionan los chicos cuando les planteás hacer tangos?
Espector:
Bien. Lo interesante es que la reacción no se da por los ídolos que puedan tener en cada género, sino por la conexión que sienten con la música. Es parte de una apertura que antes, desde la música clásica, no existía.
El pianista habla de una actitud que, según Lavié y Fernández, se replica en su entorno. "Hay una apertura mental interesante en los tangueros", reflexiona Lavié. "Tal vez -sigue- los jóvenes han avasallado un poco ese pensamiento que condenaba al tango a ser una música de colección."
Enseguida, Fernández agrega: "Lo bueno es que esos tangueros recalcitrantes ya no están. Y a la nueva generación todo les chupa un huevo. En vez de encerrarse en el debate de lo que gusta y lo que no, hacen lo que quieren".
Por la conversación pasan la experiencia de Tango