Decidió descansar. Arregló todo con sus compañeros de la Rock and Pop. Y se las tomó. Mario Pergolini partió anoche a Nueva York en plan de desenchufarse. El viaje en American Airlines fue ameno. Asiento reclinable, servicio optimo, vacaciones en marcha. Todo marchaba como Dios manda. Lo único que a Mario le molestaba era que, mientras estaba a cientos de kilómetros de altura, la Selección se jugaba una parada difícil y él no estaba ahí, con su familia frente a la TV para seguir de cerca el destino (ahora negro) del equipo del Diego.
Pero algo trajo un mínimo alivio. Desde la cabina del comandante informaron a los pasajeros el resultado del partido. "La selección argentina le ganó 5 a 1 al conjunto de Paraguay". Pergolini recostó su cabeza en la confortable butaca y pensó: "Bueno, aún no clasificamos pero por lo menos ganamos este partido que era complicado". Fanático de la tecnología, apenas puso un pie en el aeropuerto, encendió su celular para conectarse a Internet y buscar quienes habían convertido los goles...
Cuando descubió el verdadero resultado no pudo salir de su asombro. No tanto por la derrota, sino por la joda que le habían hecho a él y al resto de los pasajeros en pleno vuelo. ¡Eso no se hace che!