Han sido cinco años de vivir en pareja. Ningún día ha sido de pasión, ni de erotismo y mucho menos de relaciones sexuales. Sin embargo, nada de infelicidad o insatisfacción hay en sus vidas. Es más, han desarrollado un lazo afectivo que casi ninguna situación podría quebrantar.
Se definen como asexuales (o sin deseo sexual), personas que hasta hoy forman un sector poco conocido que representa entre 3% y 5% de la población mundial, pero que cada vez es mayoritariamente identificado.
Son percibidos como los "raros", pues escapan de los estándares sociales. Ahí están los casados con amor sin sexo, pero también los que en matrimonio llegan al acuerdo de mantener a petición de la pareja sexo al menos una vez por mes. Están los solteros que no apetecen lo sexual pero sí un romanticismo y también los que de plano rechazan tanto las relaciones afectivas como el sexo.
Algunos más pueden presentar una frecuencia masturbatoria o recurrencia a las fantasías, pero sin llegar al coito. Otros más pueden reconocerse atraídos por gente de su mismo sexo (gays o lesbianas), pero que tampoco establecen un contacto físico erótico. Lo cierto es que no está dicho ni escrito todo sobre este tema, pues en el mundo sólo existen unos cinco estudios científicos respecto a las personas que no experimentan libido.
Asexual Visibility and Education Network (AVEN), que reúne virtualmente a 782 miembros de todo el mundo, de los que 49 son mexicanos, explica que la asexualidad no es una decisión como el celibato, si no una inapetencia al sexo registrada de toda la vida. Jorge Isaac Baeza Gómez tiene 28 años, es mexicano y es asexual. Lo presintió desde su adolescencia, pero fue hasta 2005 cuando abiertamente expuso a Martine, una chica de Praga que se convertiría en su pareja por dos años, su condición asexual. "Comprendió mi situación y ella misma decidió tener una relación sin sexo. Pero como Martine no es asexual y al darse cuenta que como mujer también necesitaba tener relaciones sexuales se le hizo difícil seguir con ese compromiso y terminamos", dice Jorge Isaac.
Algunos especialistas coinciden en que los asexuales pueden vivir tranquilamente y de manera sana sin tener coitos. "No tienen problemas psicológicos, simplemente no les llama la atención lo sexual y así son felices", comenta en entrevista el director del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, Raúl Gerardo Paredes Guerrero. Sin embargo, algunos otros investigadores atribuyen que el ser asexual viene de alguna experiencia traumática que es necesario atender. AVEN afirma lo contrario, pero deja abierta la posibilidad a sus miembros de consultar especialistas ante una patología. "La gente no necesita el deseo sexual para ser sana, pero en una minoría de casos una carencia de éste puede ser el síntoma de una condición médica más seria. Si usted de pronto pierde el interés al sexo debería consultar un doctor para asegurarse", señala AVEN.
Jorge Isaac reconoce que le gustaría formar una familia e incluso tener hijos, pero... ¡adoptados por supuesto! No obstante, reconoce que será muy difícil que una persona sacrifique sus actividades sexuales para una relación así.
Para José de Jesús González Salazar, del Grupo Interdisciplinario de Sexología, una pareja que elimina el componente erótico de su relación no alcanza a desarrollar una comunicación cercana. Este vacío, dice el especialista, es un punto débil o espacio para los intrusos que podría llevar al fracaso una relación. Jorge Isaac considera que el fracaso sentimental es frecuente para los asexuales y que sus opciones se limitan a encontrar a alguien que esté dispuesto "de verdad" a renunciar al sexo; a llegar a un acuerdo con nuestra pareja no asexuada para tener una cierta cantidad de sexo "muy a nuestro pesar". Asimismo, a permitir a la pareja tener relaciones sexuales con otras personas; a comprometerse con otros asexuales, o en su caso, a permanecer solos.
Raúl Gerardo Paredes, director del INb, reconoce que hasta hoy no existe una investigación del proceso neurobilógico que experimentan las personas asexuales. No obstante revela que el fenómeno de "no copuladores" se tiene registrado científicamente entre animales, que casualmente presenta el mismo porcentaje de asexuales que en los humanos. El investigador ha demostrado que a las ratas les produce placer tener sexo. Ese estado placentero es medido por los opiodes, que son compuestos que se liberan para controlar el dolor e inducir estados placenteros; su derivado sintético es la morfina.
También ha realizado experimentos en los que con una sustancia se bloquean los receptores a opiodes, y lo que antes les originaba goce deja de suceder, por lo que se infiere que esos compuestos endógenos son los encargados de producir deleite carnal. Explica que en el cuerpo existen receptores a estos elementos y se liberan en el área conocida como preóptica medial del hipotálamo, relacionada con la conducta sexual, y aumentan o disminuyen el deleite. Su ausencia en esa zona podría ser una explicación.
En caballos, conejos, ratones y otras especies se han identificado y estudiado a los "no copuladores"; se les ha medido el nivel de hormonas y son iguales a los "copuladores". Se colocan con diferentes hembras, incluso con otros machos y con ninguno llegan al coito. En esas especies se ha constatado que no están feminizados, simplemente les da lo mismo copular o no; sólo se ha descrito una alteración en el hipotálamo y una disminución de la aromatasa, una enzima encargada de convertir la testosterona en estadiol, hormona vinculada a las funciones sexuales.
Paredes subraya que las personas que no encuentran goce en el sexo no significa que sean indiferentes a cualquier otro estímulo potencialmente hedónico o placentero, como disfrutar un pastel.
La falta de información genera que los asexuales sean motivo de estudio del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex) que, vía internet, se ha dado a la tarea de contactar a esta comunidad a nivel mundial para entrevistarlos y conocer un poco más de ellos. "La población de asexuales en México y en otras partes del mundo empezará a crecer, es una tendencia obvia porque las personas con mayor información empiezan a identificarse como tales a una edad más temprana", afirma Paulina Millán, del mencionado instituto.
Harman Wan Hagga, de 23 años, y otro mexicano de ascendencia extranjera registrado en AVEN, reconoce que también le gustaría establecer una relación afectiva con una mujer, pero sin que haya de por medio un intercambio sexual. Y al contrario de Jorge Isaac, Harman no piensa en un futuro familiar. Ambos han mantenido en secreto que son asexuales. Siempre están atentos a la respuesta, originada del desconocimiento, que pudieran tener de sus familiares y amigos.
No obstante, son felices y se desenvuelven en cualquier ámbito como personas completas, "no les falta nada", aseguran.
Sin embargo, Paulina Millán identifica que puede haber cierto estrés en los asexuales al momento de no hacer pública su preferencia o ser rechazados por sus familiares y amigos. O incluso desde el momento en que identifican su nulo o disminuido libido. Se considera que, al igual que los homosexuales en su tiempo, los asexuales salen del armario en todos los países. La sociedad estadounidense es la más avanzada en este tema y ha logrado que esta orientación sea reconocida como un tipo de diversidad sexual.
Además, con sede en Estados Unidos, AVEN ha creado la primera red social de asexuales, llamada Acebook, para compartir intereses y, ¿por qué no?, para tener un romance con un igual.
Mientras tanto, en México la asexualidad sigue en el armario. Hay casos aislados como el de Jorge Isaac que, sin embargo, cree que es único en su tipo.
Fuente: El Universal