De no ser (un) perezoso, Sid podría remitirnos fisonómicamente a Carlos Saldaña, el director brasileño de las tres Eras de Hielo. En una cabina alta de un catamarán, transparente de tanto sol y oxígeno, este cuarentón aniñado admite que de chico le gustaba mucho cuando Disney se ocupaba de los animales. "Bambi, Dumbo", susurra con voz de bossa dando el perfil, porque en una roca se aglomeran pingüinos y él sube su cámara para el flashazo. Estamos cruzando el extremo Canal de Beagle. Aquí, en Tierra del Fuego, la Fox encontró la escenografía más helada posible para adelantar la tercera parte de la saga a periodistas, distribuidores y empresarios que se ocuparán del merchandising.
¿Recuerdan? En la primera parte, vimos básicamente a tres personajes -el mamut Manny, el tigre Diego y el perezoso Sid- perdidos en una inmensidad de hielo tratando de superar la soledad, tras haber perdido a sus referentes familiares. En la segunda, hubo un cataclismo, y ahí nomás el mamut conoce el amor (Ellie). Ahora en la tercera, a Manny le toca armar una familia y a los demás, ver cómo se las arreglan para seguir en manada. Así, La Era de Hielo progresa de la amistad a la familia, pasando por el amor¿ "En mi experiencia personal, de estudiante viviendo en Estados Unidos, la amistad y la familia fueron cosas que se dieron juntas", murmura en un inglés adoptivo. "Algunas veces mis mejores amigos no son parientes, pero fueron mi familia. Por otro lado, algunos de mis mejores amigos son familiares de mi misma sangre: mis primos, mis hermanas y mi mamá. Para mí ese núcleo familiar es lo más importante, me inspiran, están conmigo, apoyándome".
¿Trabajás con moralejas o valores antes de encarnarlos en los personajes?
Más bien, trabajamos con grandes ideas, después creás la columna emocional de la historia, que está basada en esas evoluciones de los personajes. Primero hay que conocerlos bien, de todos modos. Muchas veces sólo es una elección entre muchas opciones, podríamos contar muchas historias, pero ¿hay algo más divertido que tener un bebé? Es una progresión natural.
Pero sos consciente de que con cualquier historia vas a enfrentar a los niños a problemas éticos precozmente: cómo integrar en un hogar familiar a los amigos solteros, la fricción entre la vida doméstica y la aventura...
Sí, pero creo que hay una frontera, y que todo estará bien si no la cruzás. Yo protejo a mis personajes, me aseguro de que no sean demasiado malvados para que no les desagraden a los niños. A los personajes los considero gente normal. Me aseguro de que contemos lo que tengamos que contar sin ofender a nadie. No queremos que nadie piense que somos insensibles, especialmente los chicos. Y uno no quiere ir a ver una película con su hijo y sentirse incómodo.
Hoy los chicos ven mucho Discovery Channel y Animal Planet, donde un león corre y se come a una gacela como si nada. Pero tanto en "La Era de Hielo" como en "Madagascar" se expone el conflicto entre la amistad y el hambre del depredador ante su amigo-presa, porque está humanizado.
Sí, y nos divertimos mucho con esas cosas. Juego con el choque entre los instintos animales y los sentimientos humanos. Lo divertido es recordarle a la gente de vez en cuando que, al final, somos todos animales, que podemos serlo, y divertirse con eso. Fijate la ardilla Scrat: tiene esos movimientos rápidos, de animal salvaje, pero le dimos un alma, y esa mezcla entre animal y emociones humanas es lo que lo hace más querible.
Los chicos tienen más incorporada la crueldad en lo que ven y en lo que juegan, ¿lo tenés en cuenta para no quedar tan naif?
Sí, pero tratamos de no insistir demasiado sobre muertes o asesinatos, más bien hablamos de instintos, naturaleza, ahí es donde vamos. No creo que guste la crueldad, hacer algo solo por hacerlo. Diego caza porque es un tigre, tiene que cazar, no porque quiera matar. Tampoco buscamos que haya un villano súper malo.
En una escena de "La era de hielo II", Manny les cuenta un cuento a los chicos, pero éstos empiezan a quejarse porque no les interesa la historia. Es como lo que les podría pasar a ustedes con una nueva película.
Sí, pero no hacemos un análisis sociológico del gusto infantil. Sabemos que tenemos que ser cada vez más sofisticados y pensamos en qué podría sorprenderlos. Por eso agregamos ciertas referencias, que pillarán mejor los padres que los chicos.
Es que después de "Shrek", el cine de animación para niños se tornó muy irónico, muy auto-reflexivo. Pixar hoy día llega lejos...
Pero yo prefiero el humor clásico, aunque también use mucho sarcasmo, muchos dobles sentidos. Después de Shrek, o por otras películas (mi favorita es Toy Story), la animación se volvió sofisticada. A nadie se le ocurre poner personajes bailando felices. Nuestros personajes luchan, encuentran desafíos y problemas. Nunca tienen que ser demasiado simpáticos o agradables porque los chicos se aburren.
Desde la primera película, el gran tema es el cataclismo, el que pasó y el que puede pasar, ése parecía ser el motor. ¿Por qué ahora pasar a la familia?
Siempre tratamos de crear el problema más grande que podrían encontrar los personajes. Pero el problema más grande no es el colapso del mundo: son sus propias historias emocionales colapsando, y cómo las van a resolver. El resto de la historia es general, más bien visual, el soporte del viaje emocional por el que transitan estos personajes.
¿Por eso ahora hacen su aparición los dinosaurios?
Queríamos sacar a los personajes de la era de hielo y que aparecieran en otro tiempo y espacio, con otro clima, selvático y tropical. Nuestro trabajo narrativo avanza con un "¿Qué pasaría si...?" Ponemos a los personajes en un nuevo escenario y vemos, así las historias nacen solas.
Ahora la cosa se tornó un poco "Jurassic Park"...
No tanto. No hicimos una investigación tipo documental sobre los dinosaurios. No fuimos al museo de ciencias naturales. Jugamos con el tema nomás. Como te dije, lo importante es que la situación empuje emociones nuevas. Y que puedan sentirlas todos los integrantes de la familia.