Sam Lufti, el ex manager y cercano a Britney Spears tendrá que mantenerse alejado de la estrella durante tres años. Jamie Spears, el padre de la estrella, también consiguió que se extienda la orden de alejamiento contra su ex abogado Jon Eardley. Ninguno podrá acercarse a ella o a sus hijos, ni a ningún otro miembro de su familia, a menos de 90 metros.
Una corte de Los Angeles dio la razón a Spears padre, que desde hace más de un año tiene la tutela sobre su hija, que sufre graves problema psíquicos. En su demanda argumentó que ambos hombres se habían aliado para quitarle a él la tutela.
El abogado de Lufti anunció que apelará, porque dijo que Britney Spears intentó contactar con ellos para salir del control de su padre. "Nunca en el mundo ha habido una orden de alejamiento contra alguien que no hizo otra cosa que tratar de responder a un llamado de ayuda", se quejó el abogado.
Lufti acompañaba a la cantante en el pasado a todas partes, pero desde que su padre obtuvo la tutela ha recibido varias órdenes de alejamiento. Jamie Spears lo acusa de drogar a su hija y contribuir a su estado mental desequilibrado.
Los padres de Spears y sus ex empleados se acusan mutuamente de querer enriquecerse a costa de la artista, que tiene una fortuna estimada en 100 millones de dólares. En marzo su ex novio el fotógrafo Adnan Ghalib ya había recibido una orden de alejamiento de tres años.