Muchos son familiares: doc, xls, ppt, pdf, mp3, wma, htm, jpg. Pero hay muchas extensiones de archivos que son propias de determinados programas, y aquellos que no estén familiarizados con esos programas, se rascan la cabeza pensando "¿qué será eso?" cuando deben lidiar con ellos.
En muchos casos, esas extensiones pueden traer ocultos a archivos dañinos, capaces de afectar a la computadora al intentar abrirlos.
Una solución práctica es imitar a la vida real: cuando se desconoce el significado de una palabra, se acude al diccionario. En Internet, hay varias opciones, como buscar en Google la definición o dirigirse a Wikipedia o alguna otra enciclopedia.
Pero también existen sitios especializados, como FILExt. Se trata de una gran base de datos en donde se informa el significado de cada extensión de archivo, por extraño que parezca, así como la información de con qué programas será posible abrirlo.
Otra opción es acceder a OpenWith, un sitio que brinda una gran cantidad de alternativas para poder abrir los archivos. Sólo es necesario ingresar la extensión del archivo en el buscador propio del sitio. Asimismo, los archivos están divididos por categorías, para que los programas que los abren puedan ser encontrados más fácilmente.
Con no tanto poderío, pero de gran ayuda resulta Fílesee, un visor múltiple de archivos, capaz de abrir archivos de audio, imagen o texto; así como de descomprimir, convertir, extraer, editar y buscar.
Los más expertos en materia de programación cuentan con herramientas como Openas.inf, una aplicación gratuita para poder abrir cualquier archivo desde prácticamente cualquier programa.
Algo similar es posible hacer con Peep, que puede mostrar el contenido de casi cualquier archivo como texto o como información cruda.