Casi seis años como jefe de prensa de Los Fabulosos Cadillacs le dieron la posibilidad a Esteban Cavanna de llegar a pensar que una biografía de la banda era posible. Los conoció por su trabajo de productor en Sony, y los acompañó hasta su separación en 2002.
Así comenzó la etapa de pre-producción del libro, entrevistando tanto a integrantes de la banda (en mayor o menor medida, aparecen todos) como a productores, periodistas e ingenieros de grabación. También cuenta con muchísimos recortes periodísticos, fotografías inéditas y discografía (oficial y pirata) detallada. O sea que a pesar de ser editado simultáneamente con el regreso de Vicentico y compañía, es una obra que se venía gestando hace ya varios años.
Ya habías editado anteriormente una biografía de los Violadores. ¿Te sirvió a la hora de encarar a los entrevistados de "El León"?
En realidad, más que una biografía de los Violadores, es una biografía de la historia del punk, y el nacimiento del punk en la Argentina. Pero sí, me sirvió porque tenía ya un orden, algo imprescindible como escritor. Si no lo tenés, estás fregado.
¿Quién te contó las mejores historias?
Varias personas en realidad, pero sobre todo, los mismos Cadillacs. Me contaron cosas muy graciosas, de las cuales incluí la mayoría. Y después, personas como Javier Febré, Alfredo Rosso o Marcelo Fernández Vittar -que estuvo muy ligado a la banda en la primera época- me dieron testimonios muy valiosos, de primera mano.
¿Cómo encontraste el equilibrio parar escribir el libro y continuar con tus tareas cotidianas? ¿Cuál es el momento ideal para sentarse a escribir?
La verdad que es un caos constante. No puedo escribir solamente, porque para sentarte a escribir una obra tenés que tener plata, no podés hacerlo de taquito en horarios libres. Hay que ser muy metódico: escribir a la mañana, a la tarde, concentrarte, conseguir fotos, entrevistar gente. Yo en principio me fui a vivir a una isla en el Tigre cuando la banda se separó, en 2002. Estuve un tiempo, y ahí se me hizo más fácil, porque tenía todo el día para escribir. Pero tampoco duró tanto, y cuando volví a la ciudad, me encontré con que combinar las dos cosas fue muy difícil. En cuanto al momento ideal, definitivamente es a la mañana, cuando el teléfono suena mucho menos. Desde las 7 hasta las 12. Ese es el mejor horario en mi opinión.
¿Tenés algún ritual para inspirarte ?
Para mí simplemente es el mate, sentarme en la pc y poder abrir muchos programas para trabajar simultáneamente. Y tener un espacio para poder tirar fotos, libros, apuntes, en el piso. Me gusta ser desordenado dentro de mi orden.
¿Quiénes son tus autores favoritos?
Puedo nombrar un puñado, de cabecera: Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, por varias razones. El poder de síntesis de Borges es lo que más me seduce de su prosa. También me partió la cabeza Eduardo Galeano, a quien agradezco su participación en el libro, por su estilo de resistencia y denuncia, que nos viene bien a todos. También me gusta otro tipo de literatura: los policiales de Chandler, Shakespeare, y algunos filósofos, como Emanuel Swedenborg o Thomas Carlyle.