Para los que se despiertan a la mañana y lo primero que hacen es encender un cigarrillo; para los que en pleno invierno y con dos grados de temperatura, no pueden aguantar y salen desesperados del bar en donde están charlando con sus amigos y se van a fumar un puchito a la calle, para los que compran dos atados de cigarros por miedo a quedarse sin puchos a la noche, para esos fumadores compulsivos, ¡llegó el cigarrillo electrónico!
El cigarrillo electrónico está construido con una avanzada tecnología de microelectrónica. Contiene una pequeña batería de litio recargable y un único cartucho reemplazable que contiene agua, propylene glycol, nicotina, y un sabor que simula el aroma a tabaco. Parece un cigarrillo tradicional y se lo fuma de una forma muy similar a éste. Al darle una pitada calma el ansia y brinda las satisfacciones tradicionales que los fumadores buscan. Se desencadena un proceso de vaporización generando un humo -que es en realidad una niebla de vapor no agresiva- que se evapora en el aire en unos pocos segundos.
A diferencia de los cigarrillos tradicionales que contienen tabaco, nicotina, pegamento y papel, que cuando se encienden perjudican a casi todos los órganos del cuerpo y causan cáncer, y enfermedades cardiovasculares y respiratorias, estos puchitos elect rónicos parecen ser bastante más inofensivos. C reados en China, contienen nicotina pero ninguna de las sustancias cancerígenas del tabaco. El humo que sale es vapor que sabe a tabaco por su aroma y sabor pero no lo es.
La forma de "fumarlos" es muy sencilla: se van cambiando los depósitos de nicotina que se pueden elegir entre: cero, baja, media y alta. Los depósitos cero no contienen nicotina, pero tienen aroma y sabor a tabaco. Aunque hay que aclarar que es aconsejable ingerir poca nicotina, ya que esta sustancia perjudica el corazón, la tensión arterial y las coronarias.
Para los que vienen amagando con querer dejar de fumar pero no saben cómo, acá tienen otra opción, que además les permitirá no molestar a nadie de su entorno, no le dejará los dientes y dedos amarillos, ni malos olores en la casa o en la oficina, y además, no tendrán que vaciar los ceniceros, ya que no habrá cigarrillos que tirar. Eso sí, no se olviden que este es un primer paso para dejar el cigarrillo de forma definitiva.
Eso así, estén atentos a lo que diga la Organización Mundial de la Salud al respecto, ya que para el organismo todavía no hay evidencias que demuestren que son seguros o que ayuden a los fumadores a abandonar el hábito.