El mundial, la fiesta, los colores, las vuvuzelas, sólo faltaba el bombo del "Tula".
Intentó pasarlo, pedir un permiso especial, dar explicaciones, pero no pudo ser posible.
Finalmente, entre la fiebre mundialista, los goles de Argentina y los miles de argentinos que llegaron a Johannesburgo, el bombo se quedó "arafue".
Sebastián Almada, un usuario de Twitter, registró toda la secuencia en la que Carlos Tula, que no se pierde un mundial, tuvo que dejar su elemento de percusión a un lado para ver el partido Argentina-Corea del Sur.
¿Los sudafricanos habrán tenido miedo de que sus vuvuzelas queden opacadas?