Gilda, la inolvidable voz de la música tropical argentina, marcó a toda una generación con canciones que se volvieron himnos del corazón popular.
En apenas seis años de carrera, dejó un repertorio eterno con temas como No me arrepiento de este amor, Corazón valiente, Fuiste y Se me ha perdido un corazón, melodías que todavía hoy se escuchan en cada rincón del país.
FABRICIO CAGNIN, EL HIJO DE GILDA QUE SIGUIÓ SU CAMINO MUSICAL
La historia de Gilda tuvo un final trágico el 7 de septiembre de 1996, cuando perdió la vida en un accidente vial mientras viajaba a un show en Entre Ríos. En aquel siniestro fallecieron su madre, su hija y parte de su banda; el único sobreviviente fue su hijo Fabricio Cagnin, quien tenía tan solo ocho años.

Hoy, a los 35 años, Fabricio mantiene vivo el espíritu de su madre a través de la música. Bajo el nombre artístico Soy Chio, el joven cantante presentó en 2022 su sencillo Crují, una canción profundamente personal donde relata el dolor de haber perdido a Gilda y su proceso para salir adelante.

UN HOMENAJE CARGADO DE AMOR Y MEMORIA
Al final del videoclip de Crují, Fabricio Cagnin incluyó un fragmento de video en el que Gilda dice:“Y aunque las puertas se cierren, nunca dejen de que sigan creciendo las alas. Vuelen, vuelen alto, que se llega, que se llega.”
Ese mensaje resume la conexión inquebrantable que el artista mantiene con su madre, un vínculo que atraviesa generaciones.

Actualmente, Fabricio vive junto a su esposa Brenda Troccoli y sus dos hijas, con quienes comparte una vida tranquila y lejos de la exposición. Aun así, su trabajo artístico se nutre del legado de Gilda, transformando el dolor en arte y manteniendo viva la llama de una mujer que cambió para siempre la historia de la música popular argentina.




