Sebastián Presta atraviesa un momento soñado. Su obra Mi amiga y yo... no solo llena salas, sino que también cosecha elogios de figuras de peso en el ambiente artístico como Jorge D‘Elia, el papá de Federico.
“No sabía que venía Jorge, vi a un señor pelado, alguien sacó una foto y cuando vi que era él, no lo podía creer. Después le mandó un audio a Josefina y me quedé tan contento. Un hombre con tanta experiencia, escritor, actor, las cosas que dijo… Estoy feliz”.
El reconocimiento de directores como Javier Daulte es un mimo al alma para Presta, que asegura: “Ya estaba contento con el resultado yo solo, pero que los colegas puedan reconocerme es un cariño hermoso”.

La comedia se presenta en el Paseo La Plaza con la dirección de Diego Reinhold, con una trama original escrita por Claudia Morales y el propio Sebastián Presta, quien comparte escena con Josefina Scaglione, y la participación de Sabrina Lara y Leandro Serodino.
Solo una persona le expresó que no le gustó tanto la obra, pero, según el actor, “fue porque quería trabajar en el proyecto y elegí a Josefina. Creo que eso influyó”.

Una comedia argentina que sorprende y emociona
Mi amiga y yo es una comedia hecha y derecha, con cuatro actores que también son músicos y cantantes. “No escatimamos en nada: ni en escenografía, ni en vestuario, ni en el elenco. Es una obra argentina, no un éxito importado de Europa. La armamos de cero y hoy, después de seis meses, sale una comedia súper divertida”, cuenta Presta.

De hecho, Presta halagó a Josefina Scaglione, la actriz que además la rompe sobre el escenario como cantante: “Buscaba a una mujer de la que de verdad me pudiera enamorar”.

Pero la obra va más allá de los gags. “Te reís, pero hay algo que te resuena. Quizás más a los hombres. Cuando era más joven, las chicas de mi edad preferían al tóxico, al surfer, no al gordo bueno. Llega un momento que se cansan y buscan a alguien más compañero. Estoy generalizando, pero pasa”, explica.
El humor, la emoción y la identificación con el público
Presta no esquiva el costado emotivo de la obra: “Poder hacerlos reír, poder hacerlos emocionar y que se sientan identificados con lo que pasa es un golazo. El personaje se enamora de su amiga y se quiere hacer cargo del hijo de ella. Eso me conmovió y por eso quise contar esta historia”.

El final, asegura, es la frutilla del postre: “No lo voy a contar, pero hay un cierre que sorprende y que nos costó un montón de laburo”.
“No quedé pegado al humor político, me sale el humor pavote”
Pese a que saltó a la fama por sus sketchs en Duro de Domar, el artista no quedó pegado a la bajada ideológica.
“No sé si llamarlo mérito o ser tibio. No me sale el humor político, me sale más el humor pavote. Coincidía con la postura política de Duro de Domar, pero nunca fui ensobrado ni vi que mis compañeros lo fueran. Yo no quedé pegado porque no me dediqué a ese humor”.

Sobre los límites del humor en la actualidad, Presta reflexiona: “Cuando éramos chicos veíamos películas de Porcel y nos reíamos de cosas tontas. Hoy hay una cultura de la cancelación y se pasaron tres estaciones. En esa época la cosificación de la mujer era algo natural, después fui más consciente y no estuvo bueno. Crecimos en un mundo machista y de a poco vamos cambiando”.
Inspiración, redes sociales y el humor de todos los días
“Miro bastante las redes, pero no hago casi nada de videos. Quizás algo con Josefina para promocionar la obra. Hay gente muy divertida, pero no me inspira para hacer lo mío. Lo que más estoy escribiendo ahora es para una posible obra nueva”.
“Mucho de mi vida personal está en el personaje”
Presta reconoce que su historia personal se cuela en sus personajes: “Esto del perdedor lo habrán visto en mis sketches. Me ha pasado de enamorarme de amigas que no me veían como un posible garche, solo como amigo. Llevo muchas cosas de mi vida al teatro”.

El amor después de los 50: “Estoy en pareja con una mujer bellísima”
Hoy, Presta está felizmente en pareja: “Estoy con una mujer bellísima por dentro y por fuera. Se llama Natalia, es psicoanalista. Era amiga de una amiga mía, me parecía muy linda pero estaba casada y con hijos. Con el tiempo se separó y nos fuimos enamorando. Ya hace casi cuatro años que estamos juntos”.
La convivencia con una psicoanalista tiene lo suyo: “Me tiene cagando, es clarísima, sabe mucho. En cualquier discusión me da vuelta como una media, siempre pierdo”.
Presta tiene 51 años y Natalia, 49. Ella tiene tres hijos: “Renata de 18, que es la que menos bola me da pero en el fondo me quiere; Salvador de 15, que viene al teatro con sus amigos; y Lucecita de 10, que me ama y es la que más pelota me da”.

Sobre la paternidad, es sincero: “Nunca tuve hijos propios, siempre estuve con parejas con hijos. Me encanta dormir la siesta y ocuparme de mí, un poco egoísta soy. Disfruto de los hijos de mis parejas, que es hermoso porque disfruto el lado lindo y ellos se ocupan de educarlos”.
El amor después del amor
“No hubo fracaso amoroso. Encontré el amor en Nati, pero también fui feliz con otras parejas. No quiero que ninguna se sienta mal. Si podemos evitar ese título, mejor”, pide, entre risas.
El futuro: ¿”Mi amiga y yo” llega al cine?
Sobre lo que viene, Presta se ilusiona: “Ya vinieron dos productores y directores que me dicen que hay que hacer la película de ‘Mi amiga y yo’. Si me lo dicen una vez más, es muy probable que se lleve el guión a una peli. El año que viene me voy a poner a escribir una obra nueva”.
“El trabajo en cine y series está acotado, por eso muchos actores nos volcamos al teatro. Pero tampoco soy un gran trabajador, me gusta tener tiempo libre. Con que llegue a fin de mes, estoy bien”, concluyó Sebastián Presta sin pruritos.