Lorena Vega es hoy una de las figuras más influyentes de la escena cultural argentina, con una trayectoria que trasciende fronteras y plataformas.
Actriz, directora, dramaturga y guionista, combina con naturalidad el teatro independiente, donde forjó su carrera, con la exposición internacional que le brindan sus participaciones en Netflix, como en Envidiosa, donde interpreta a la psicóloga Fernanda, y en En el barro, en el papel de La Zurda.
Con siete obras actualmente en cartel en Buenos Aires, se ha convertido en un ejemplo de versatilidad y de resistencia artística en tiempos adversos.
Su sello más personal se encuentra en Imprenteros, un proyecto que nació como obra de teatro documental junto a sus hermanos y que ya se transformó en película y libro.

Basada en la historia familiar, esta pieza marcó un antes y un después en su carrera y hoy recorre escenarios de distintos países. Para Vega, este trabajo significó un “punto de inflexión” creativo que la impulsó hacia el biodrama, un género que recupera vidas reales y las lleva al escenario con fuerza testimonial.
LORENA VEGA BRILLA EN TEATRO
El presente de Vega también está atravesado por Testosterona, donde aborda los efectos de las terapias de conversión en Latinoamérica, y por títulos como Las cautivas y Civilización, que dialogan con la historia argentina desde una mirada contemporánea y crítica.
Entre la dirección y la actuación, la artista pone en juego su compromiso con los debates sociales, el feminismo y la memoria colectiva.

Vega defiende al teatro como un espacio de lucha y resistencia. Reconoce que su situación personal es privilegiada, porque logra llenar salas y grabar series, pero advierte que muchos colegas quedaron sin trabajo.
“El teatro es resistencia”, repite como un mantra que resume tanto su visión del oficio como la tradición argentina de defender los espacios culturales aún en contextos hostiles.