"Soy muy Susanita, pero como mamá. El casamiento no es para mí, nunca me interesó como institución".
Erica Rivas (40) pasa en cuestión de segundos de la emoción a la carcajada. Ambas igual de contagiosas, por cierto. Si sus personajes se pueden definir por la intensidad que ella les imprime (imposible no mencionar a María Elena Fuseneco en Casados con hijoso su novia al borde del colapso en Relatos Salvajes), un mano a mano con la actriz no se queda atrás. Todo lo contrario.
Habla con desparpajo y naturalidad, una actitud que toma a priori de sorpresa ya que está muy lejos de la postura de “actriz seria” (si es que ese concepto tan trillado siquiera existe) que uno esperaría de esta artista que hace años decidió apostar a un perfil bajo, especialmente desde su comentada separación de Rodrigo de la Serna.
Por estos días, Erica se dedica con éxito al cine y al teatro a pesar de las numerosas ofertas que recibe para hacer tele. Y su más reciente proyecto se llama Pistas para volver a casa, película que protagoniza junto a Juan Minujín y que dirige Jazmín Stuart: “Me gustó que la directora fuera actriz y se dio un encuentro muy interesante, de mucho aprendizaje para mí porque quizás más adelante me den ganas de dirigir. Es una opción que tengo en mi cabeza. También me encantó que se tratara de una película de amor entre hermanos”, le cuenta con entusiasmo a Ciudad.com sobre el filme que ya está en cartelera.
- ¿Por qué te atrajo tanto el vínculo entre los hermanos protagonistas de esta historia?
- Fue una de las cosas que más me gustó de la película. El amor entre hermanos es más que el amor de pareja, porque me parece que tiene otras aristas y un montón de cosas que en el amor de pareja no aparecen. Sería difícil no contestarle a tu novio o mandarlo a la mierda y después seguir como si nada, porque con los hermanos somos hermanos y no vamos a dejar de serlo. Hay algo de ese ida y vuelta que me encanta. Ese mundo de la hermandad me interesa un montón porque tengo muchos hermanos. Somos tres mujeres y un varón en mi familia; y lo fraternal es un parámetro que siempre tomo en cuenta como actriz.
"Es muy difícil ver que tu hija de 14 de repente creció y como mujer decís 'ah, ya sos grande, tu hija ya es una mujercita, vos ya no sos tan joven, ¿podés con esto?'".
- La película cuenta la historia de dos hermanos que deben encontrar a su mamá, que los abandonó de niños, ¿cómo te relacionaste con ese conflicto siendo madre?
- Siento que ellos están en un lugar de su vida como si hubiesen crecido de edad pero emocionalmente no pudieron seguir creciendo por esa sensación de abandono de una madre, que te deja en un lugar en el que no podés seguir. Por eso mi personaje no pudo tener pareja, ni hijos, nada.
- En tu vida sos mamá de una adolescente (Miranda, fruto de su relación con De la Serna). ¿Cómo vivís la crianza de una joven de 14 años?
- Como todas las mamás de adolescentes, ¡me quiero agarrar los dedos con la puerta! (risas).
- ¿Es conflictiva la relación?
- Creo que la idea de que las madres y las hijas adolescentes viven en conflicto tiene que ver con ese concepto de “divide y reinarás” que a veces quieren imponer entre las mujeres. Es verdad que veo que tiene conflictos conmigo pero también veo que tiene conflictos con su papá. Y que los varones también discuten con su papá y con su mamá. La edad adolescente es una edad horrible y difícil, a la que no me gustaría volver. ¡Detesto ese momento de la vida!
- ¿Podés comprender sus enojos entonces?
- Sí y pienso: "pobrecita, claro, le cambió el cuerpo enseguida", y es muy difícil estar ahí. Como madre también es muy difícil ver que tu hija de repente creció y como mujer decís "ah, ya sos grande, tu hija ya es una mujercita, vos ya no sos tan joven, ¿podés con esto?, ¿podés con este amor terrible que te atraviesa con una persona que está en el momento de mayor esplendor?". Para mí es un aprendizaje enorme, lo vivo con dolor y amor, como viví todas las etapas de la vida de mi hija. Pero no puedo decir que es especialmente difícil ser madre de una hija adolescente. Ser madre es difícil en todas los momentos.
"Te diría que gané veinte años menos de terapia al perder el Oscar. La gente me grita 'te ganaste el Oscar’'y yo les respondo 'no, señora, es el Estrella de Mar'".
- Recién hablabas de la juventud, pero vos fuiste madre a los 25 años, ¿no te sentís una mamá joven?
- Bueno, sí… pero tengo una hija de 14 años: ¡hola! (risas) Está ahí, creció y se pasea alrededor tuyo con un lomazo increíble. Y vos decís ‘¿Qué es esto? ¡Si yo tengo casi la edad de ella!’ (risas).
- ¿Es cierto que a Miranda le gusta la actuación y que no reniega de la fama de sus papás?
- Sí, le fascina la actuación, protagonizamos juntas hace unos años la película Antes del estreno. Ella nos superó a mí y a su papá. No tiene conflictos con las fotos ni con la prensa. Es una persona muy especial. Está bien que nosotros la respetamos, fuimos muy amorosos y la quisimos mucho desde el primer momento en el que supimos que ella existía. Pero también ella es muy especial, es una persona muy luminosa, libre y amorosa con los demás (se emociona). No tiene conflictos con un montón de cosas que tienen que ver con que nosotros empezamos en esta profesión y ella ya es hija de actores. Lo veo en Ricardo Darín, por ejemplo, que prácticamente nació en un camarín y ves que no hay conflicto en eso. Ella, en vez de jugar a tener una casita, jugaba a que tenía un camarín. Para ella, era normal. O sea, para mí fue un flash la primera vez que entré a un camarín. Ella lo tomó como si fuera su casa. Por eso digo que ya hay algo que nos supera y que hace que esté por encima de todos los conflictos que uno puede tener por abrir el cascarón.
- Con la importancia que le das al vínculo entre hermanos, ¿no te gustaría que ella tuviera un hermano?
- Para mí los hermanos son muy importantes y si no le pude dar hermanos a Miri es porque tengo mucho miedo. Porque me da mucho miedo la maternidad. Si en algún lugar yo estoy quebrada, es en ese lugar. Por eso es un espacio de tanto aprendizaje para mí. Entonces no lo puedo vivir con liviandad y algunas amigas me dicen ‘ay, ¡no lo pienses tanto!’, pero no puedo. Hay algo que me pasa que tiene que ver con esa persona que hay que cuidar, con tanto respeto, tanto lugar y tiempo. Sobre todo cuando son tan chiquitos. Yo sigo muy metida en la maternidad con Miranda. Entonces, realmente es una falla mía. Me doy cuenta de que no puedo aunque me encantaría hacerlo, sería el regalo más lindo que podría hacerle pero todavía me siento con mucho miedo.
- Por ahí más adelante…
- Tal vez… ¡ahora que se puede todo! ¡Hasta cuando cambie de sexo puedo tener! (risas).
"Si no le pude dar hermanos a mi hija es porque tengo mucho miedo. Me da mucho miedo la maternidad. Si en algún lugar yo estoy quebrada, es en ese lugar. Por eso es un espacio de tanto aprendizaje para mí".
- Este año fue muy intenso por el éxito de Relatos Salvajes, fuiste al Festival de Cannes y la película estuvo nominada al Oscar. ¿Cómo fue esa experiencia?
- Me encanta la alfombra roja, me fascina la ropa y ver qué se puso este o aquel. Pero después el premio, quién se lo gana y dónde quedó… ¡es todo muy formal! Es como con el casamiento, que siempre digo ‘estaría bueno… pero sola, por el vestido’ (risas). No es una buena comparación porque no es lo mismo pero me refiero a que está todo relacionado con lo institucional. Ya de por sí un premio para mí no tiene nada que ver con algo artístico.
- Entonces, ¿no viviste con amargura que Relatos perdiera el Oscar?
- No, para nada, te diría que gané veinte años menos de terapia. La gente me grita ‘te ganaste el Oscar’ y yo les respondo ‘no, señora, es el Estrella de Mar’ (ríe y hace referencia al premio que obtuvo por su actuación en la obra Escenas de la vida conyugal).
- Volviendo al tema del casamiento, hace cinco años que estás en pareja con un arquitecto, ¿no se te ocurre dar ese paso?
- No, la verdad que no. No es para mí, el casamiento nunca me interesó como institución.
- ¿No hay una Susanita en Erica?
- Sí, soy muy Susanita pero como mamá. Con el casamiento, para nada. Es como decía recién, me encanta el tema de la fiesta y el vestido pero como me casé tantas veces como actriz, ya tuve todo eso. Y con el personaje de Relatos, hice todo lo que una novia puede llegar a hacer, ¡si hasta ensangrenté el vestido!