A dos años y medio de la trágica noticia que sacudió al país por la partida de Blanquita, la hija de Carolina "Pampita" Ardohain y Benjamín Vicuña, el actor abrió su corazón -como suele hacerlo junto a su mujer en las redes sociales- y concedió una entrevista íntima.
Al ser indagado por su refugio, tras uno de los momentos más duros de su vida, Benjamín no dudó en contestar: "Por momentos uno como actor puede evadir y vivir otras vidas. Y me pareció que fue una manera inteligente y productiva para construir y alejarme. Puse ahí el foco, en el trabajo”, expresó en la revista chilena Sábado.
Prueba de ello es la película La memoria del agua que rodó y que se estrenará el 27 de agosto. Un filme que toca un tema cercano al intérprete ya que trata sobre una pareja que entra en conflicto tras la muerte de su hijo: “Quiero ser parte de este proyecto de alguna manera porque me conmueve, me emociona y porque también puedo ser útil”, le dijo uno de los galanes más queridos en la Argentina a Matías Bize, director de la cinta.
¿Por qué eligió protagonizar una peli sobre una pareja que pierde un hijo? "Para sentirme vivo. Fue lo que me pasó hace dos años, cuando paradójicamente estaba haciendo teatro, comedia y hacía el payaso que saco de vez en cuando".
¿Por qué elegir un trama tan sensible? Él mismo lo explica: "Para sentirme vivo. Fue lo que me pasó hace dos años, cuando paradójicamente estaba haciendo teatro, comedia, y hacía el payaso que saco de vez en cuando. Fue la forma que tuve para, en el escenario, poder evadir lo que estaba viviendo", contó.
Y agregó: "Después de eso voy a hacer proyectos que me generen eco, que me hagan sentir útil y trascendente. El gran problema para todos es cuando uno siente que nada vale la pena, que la vida no tiene sentido".
Enamorado de su familia, Vicuña dejó en claro la fuerza que le llega de sus seres más queridos: "No tengo dudas de que lo que hago día a día por mis hijos, y el amor que tengo por mi mujer va a trascender más que cualquier película. Es una energía, unas luces que siento que me llegan desde súper lejos. Eso es lo que realmente me importa", destacó.
Por último, Benja habló de los objetivos que busca con su profesión: “Por momentos creés que a nadie le importa lo que hagas en el trabajo, que nada es trascendente. Eso te da una angustia feroz, y no es por egocéntrico, sino porque el arquitecto quiere que su obra quede, y el artista también", concluyó.