Marengo: "Granata me agredió muchísimo, fuimos a una mediación y ella no se presentó. Dijo que tenía pruebas que entraba gente a un departamento cada dos horas y que mi madre era 'madama'".
La enemistad entre Rocío Marengo y Amalia Granata es una de las históricas dentro del ambiente. Las dos rubias se han trenzado más de una vez en los medios. Y ahora, después de varios años sin verse las caras, se cruzaron en El Diario de Mariana.
Marengo estaba sentada en un sillón del estudio, siendo entrevistada por Angel de Brito y su panel, cuando apareció Granata detrás de cámara. Amalia era la segunda invitada del ciclo de las tardes de El Trece y el conductor, rápido de reflejos, las cruzó en vivo.
De Brito: -¿Cómo estás Amalia?
Granata: -Muy bien.
De Brito: -¿Viste quién está en el piso?
Granata: -Sí.
De Brito: -¿Te sentarías con ella a charlar?
Granata: -No. Estoy un momento de mi vida en el que puedo decidir con quién estar y con quién no. Tengo 33 años y puedo elegir con quién me quiero sentar y con quién no, con quién quiero tener una buena relación y con quién no. Me separan muchas cosas de ella, no tengo nada en común ni nada que me interese compartir con ella.
Marengo: -Este sábado voy caminando a Luján, así que voy a pedir por vos. Me encantaría que te sientes acá, uno tiene que aprender a compartir.
Granata: "La verdad no me interesa ponerme a confrontar con Marengo. De última con ustedes que no son 'nadie'. Ya pasé por el barro, yo estoy para otra cosa".
De Brito: -Ahora son colegas, las dos estudian periodismo, podrían juntarse... ¿Rocío, trabajarías con Granata?
Marengo: -Mmm... no la verdad que no. Pero compartir un programa como invitadas sí.
De Brito: -¿Vos Amalia?
Granata: -Según cuánto me paguen, porque por trabajo insalubre cobro un poco más.
De Brito: -¿Qué no le perdonás, Granata?
Granata: -Muchas cosas... A cierta edad y después de ciertas cuestiones que pasé en la vida, tengo derecho a elegir con quién quiero estar. No me interesa, no me suma, no me resta, no me interesa en lo absoluto. Yo no estoy nerviosa ni agrediendo, si ella dice que transmito mala energía, será porque hay gente que proyecta.
Marengo: -El tema es que cuando alguien toca a mi familia, saca lo peor de mí. Cuando alguien dice que mi mamá es "madama", aunque haya sido hace ocho años, saca lo peor de mí.
De Brito: -¿Amalia dijo que tu mamá era "madama"?
Marengo: -Ella me agredió muchísimo, fuimos a una mediación y ella no se presentó. Después nació su hija, ella se fue afuera un tiempo, pero nada, ya pasó hace mil años. Ella dijo que tenía pruebas de que entraba gente a un departamento cada dos horas y que mi madre era "madama", por eso fui a una mediación. Por eso dije que ella era una mentirosa y por eso dije aquella frase fuerte de "a personas como Granata, o la matás de chiquita o la discriminás de grande", que después muchos sacaron de contexto.
De Brito: -¿Te arrepentís de haber dicho eso?
Marengo: -No, la registré porque muchos la repiten.
De Brito: -¿Amalia, vos dijiste todo eso que cuenta Marengo?
Granata: -No, pero la verdad es que no me interesa ponerme a confrontar con Marengo. De última, con ustedes sí (por el panel), que no son "nadies". Ya pasé por el barro, yo estoy para otra cosa.
Marengo: -Sí, pero yo estoy acá sentada y vos estás ahí afuera del estudio hace quince minutos. Ella está más enojada conmigo cuando yo tendría que ser la ofendida, es ridículo.
Granata: -... (Silencio) Muda.
¡Mirá el tremendo cruce entre Granata y Marengo!