Ya casi recuperada del grave accidente que sufrió en abril, cuando fue atropellada por un auto cuando paseaba en bicicleta en el country Club Pilar y terminó internada de urgencia en un hospital, Graciela Borges (72) luce su bello rostro sin marcas ni cicatrices.
"Me tatué su nombre porque Jesús nació el 22 de diciembre con un fuerte problema: meningitis. Ese día la mamá tenía mucha fiebre. Por suerte era meningitis viral y todo salió bien. Fue un milagro".
La actriz había sufrido una fisura del hueso de su pómulo derecho, un fuerte golpe en la mandíbula, varias lesiones en distintas zonas de su cuerpo y la inflamación de un ojo. A pocos días del accidente, ella misma había mostrado una impactante foto de cómo le quedó la cara, pero ahora todo es alegría.
Graciela comenzará a rodar la segunda parte de la película Dos hermanos, junto a Antonio Gasalla, y continúa con Una mujer, su programa en Radio Nacional. También hace teatro en Nosotras con amor, donde canta, recita poemas y se divierte mucho.
La talentosa actriz además reparte el tiempo entre trabajo, vida social y su nieta María Jesús, de 2 años y medio. La hija de su único heredero, Juan Cruz Bordeu, e Ileana González, es la luz de los ojos de Graciela, quien decidió tatuarse su nombre en su antebrazo.
¿El motivo? Ella lo explica en la revista Pronto: "Me tatué su nombre porque Jesús nació el 22 de diciembre con un fuerte problema: meningitis. Ese día la mamá tenía mucha fiebre. Por suerte era meningitis viral y todo salió bien. Fue un milagro. Jesús es un sol y me martiriza bastante con los celos. Me dice que su abuela Pichu la quiere más que a mí. Y espera a ver qué le digo".
Extremadamente feliz con su nieta, Graciela Borges no lo dudó y se escribió su nombre para siempre en su piel y, por supuesto, en su corazón.