Las provocadoras declaraciones de Luis Mario Vitette Sellanes, quien fue condenado por la Justicia argentina como el "cerebro del Robo del Siglo" a la sucursal Acassuso del Banco Río, salpicaron también a Mirtha Legrand. Muy bien asesorado por sus abogados, el delincuente cumplió parte de su sentencia pero fue deportado a su Uruguay natal, y sin cuentas pendientes ante la ley, se confesó en una entrevista al programa La Yapa del Canal 10 de Montevideo: "Yo voy a ser ladrón por siempre, pero seguramente no robe más", dijo muy suelto de cuerpo. Además, agregó que fue "Hombre Araña" y que, "por azar" entró en la casa de "una señora de la televisión que ahora almuerza los domingos".
Mirtha Legrand: "Cuando leí el diario, no podía creer lo que estaba leyendo. Si es el 'Hombre Araña', ¿dónde están mis alhajas? Que diga dónde las comercializó, dónde las redujeron, qué hicieron con ellas. Pero me parece que fabula".
Sin embargo, en diálogo exclusivo con Ciudad.com, Mirtha desestimó las afirmaciones de Vitette Sellanes: "No me ha robado. A mí no me robó. ¿En qué año dice que fue? Igual, no creo. Me robaron varias veces, pero no creo que haya sido él, de ningún modo. Está faltando a la verdad, no es exacto. Cuando leí el diario, no podía creer lo que estaba leyendo. Si es el 'Hombre Araña', ¿dónde están mis alhajas? Que diga dónde las comercializó, dónde las redujeron, qué hicieron con ellas. Pero me parece que fabula".
-Cómo ciudadana, ¿qué sintió cuando conoció las supuestas confesiones del delincuente?
-Me sorprendió que un país tan serio como Uruguay le den un recibimiento como si fuera un héroe. Es muy extraño. Me sorprende de los uruguayos, que son gente muy ubicada, seria y bien pensante. Fue raro que lo reciban como a una estrella de rock o a un astro de la televisión.
-De todas las veces que le robaron joyas, ¿alguna vez recuperó algo?
-Una sola vez, cuando estaba en Punta del Este y en Buenos Aires me sacaron un bolso del remise, al tirarle una pedrada al auto. Pero alguien habrá denunciado el robo, y después de un tiempo me llamaron por teléfono a Punta del Este para avisarme que habían encontrado unas alhajas en la avenida 9 de Julio. Al regresar a Buenos Aires, fui a Tribunales y recuperé algunas. Muy pocas recuperé.
-¿Cuántas veces le robaron en su vida?
"Me sorprendió que un país tan serio como Uruguay le den un recibimiento como si fuera un héroe. Es muy extraño. Me sorprende de los uruguayos, que son gente muy ubicada, seria y bien pensante. Fue raro que lo reciban como a una estrella de rock o a un astro de la televisión".
-Cuatro veces. La última vez me llevaron la caja de seguridad entera, con dinero y objetos de valor. Había hecho unos comerciales y tenía el dinero ahí porque odio los bancos. Pensé que ahí estaban seguros mi dinero y alhajas, pero se llevaron todo. Eso fue hace dos años y medio, un viernes que dije que me iba a Victoria, Entre Ríos. En el programa bromeé con el "no me llamen porque no voy a estar y esta vez es verdad". Son cosas que uno no tienen que decir. Esa vez entraron a la madrugada y se llevaron cosas personales, como polveras, pañuelos, anteojos y todas mi alhajas. Tenía brillantes, oro, rubíes que me había regalado mi marido. Me despojaron. Y nunca se supo quién fue. Fueron a investigar varias veces, testificamos, ¡pero hasta se habían llevado las tres cámaras de seguridad! Después me mostraron un video, se veía a unas personas con algo muy pesado, pero no se notó la patente del auto que cargaban. Igual, nunca se encontró nada. También implicaron a Lina (Rosa Díaz, su ex mucaba por más de 20 años), que yo creo que tampoco tenía nada que ver.
-De todo lo que le robaron, ¿cuál fue el objeto que más lamenta haber perdido?
-El anillo de casamiento. Me casé a los 18 años y Daniel Tinayre me mandó a hacer especialmente un anillo con 18 brillantes, precioso. No tenía ninguna leyenda particular, salvo la fecha de la boda. No es que me aferre a las cosas, pero el anillo lo lamenté muchísimo por el valor sentimental. Tenía la alianza de toda la vida, y además lo usaba. Incluso, a veces voy a buscar algo para ponerme y digo “ay, pero si no lo tengo más, me lo robaron…”. Hubo otras cosas irrecuperables, como collares, aros...