Infama comenzó el programa con una fuerte revelación: Santiago del Moro aseguraba que Marina Calabró había sufrido amenazas por parte de un productor del programa de Susana Giménez para que dejen de hablar de la diva.
El dato que habían dado era que Susana se había enojado con la producción porque Karina Jelinek le había dado vuelta la entrevista sobre su situación con Leonardo Fariña.
"Me dijo que si yo no frenaba con todo esto me iba a sacar al cruce una periodista para tirarme m..., meterse en cuestiones de la vida privada y hablar de los sobres que corren en Infama."
Así comenzaba el conductor la emisión. “Encuentro a mi compañera superada por una situación. Iba a ver a su padre que estaba internado y me llamó casi llorando para contarme el apriete que había sufrido. Una historia macabra, casi mafiosamente”, relató.
Marina tomó la palabra: “Me suena el teléfono desde un número privado. Era este productor del programa de Susana que me habló de aprietes, con un tono amenazante. Que me dijo que si yo no frenaba con todo esto me iba a sacar al cruce una periodista para tirarme m..., meterse en cuestiones de la vida privada y hablar de los sobres que corren en Infama… Saco del medio a esta periodista, que no tiene nada que ver".
Calabró siguió: “Me dijo que hace 15 días que está haciendo grandes esfuerzos por frenar esta persona que quiere hablar de cosas de mi vida privada y demás, pero que dadas las circunstancias no sabía si podría seguir haciendo esos esfuerzos”.
"Me sacó, estaba enajenada, me quedé sin voz”.
Frente a esta situación, la panelista contó que se puso por demás nerviosa, que gritó y que la discusión subió de tono. “Le dije que pensaba que era un caballero, que no entendía por qué creía él que yo merecía ese apriete. Me sacó, estaba enajenada, me quedé sin voz”.
Calabró estaba por demás afectada por la situación y en un momento hasta se le cayeron lágrimas. “Es muy desagradable y violento sentirte apretada”, expresó.
Un momento delicado. Más guerra entre los canales.