Una buena picada puede mejorar todavía más con un detalle sencillo pero irresistible: cebolla frita bien crocante. Esta receta te enseña cómo lograr esa textura perfecta que hace crujir cada bocado y suma un sabor profundo, ideal para acompañar quesos, carnes o simplemente disfrutar sola.
La clave está en el corte, el rebozado justo y una fritura pareja. Con pocos ingredientes y en apenas unos minutos, vas a tener un snack versátil que realza cualquier tabla y que, sin dudas, se va a terminar antes de que empiece la cena.
Ingredientes
- 200 cc de leche.
- 2 huevos.
- 250 g de harina.
- 10 g de ajo en polvo.
- 10 g de cúrcuma en polvo.
- 10 g de paprika.
- Sal y pimienta a gusto.
- 2 cebollas moradas.
Para la salsa
- 200 cc de crema de leche.
- Un diente de ajo picado.
- Sal y pimienta a gusto.
- 150 g de queso gruyere.
- Perejil, c/n.
Procedimiento
- Mezclar la leche con 2 huevos en un bowl.
- En otro bowl, mezclar harina, ajo en polvo, la cúrcuma y la paprika. Agregar pimienta.
- Pelar las dos cebollas y cortarlas como armando una flor.
- Rebozar cada cebolla primero pasándola por la mezcla seca, después por la otra y nuevamente por la primera.
- Freír ambas cebollas.
- En una sartén, saltear un diente de ajo picado en la crema de leche.
- Agregar pimienta y el queso gruyere. Mezclar y usar como salsa para bañar las cebollas.
- Espolvorear con perejil. Servir.
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