La provoleta es un clásico infaltable en cualquier asado, pero esta versión con rúcula y pasta de tomates secos eleva su sabor a un nivel completamente nuevo. Siguiendo unos pocos pasos, podrás transformar una entrada tradicional en un plato gourmet que deleitará a los paladares más exigentes.
La combinación del queso fundido con la frescura de la rúcula y la intensidad de los tomates secos crea una entrada sofisticada que sorprenderá a todos tus invitados. Además, la cebolla asada aporta un toque ahumado que complementa perfectamente los sabores.
Ingredientes para provoleta con rúcula y pasta de tomates secos
- 1 provoleta.
- 1 cebolla chica.
- 1 diente de ajo picado.
- 1 cdta de orégano.
- 300 g de tomates secos ya hidratados.
- 1 pocillo de aceite de oliva.
- 50 g de hojas de rúcula.
Procedimiento
- Cocinar la cebolla directamente a las brasas. Una vez bien quemada retirarle la piel y cortar en gajos. Condimentar con oliva, orégano y sal. Reservar.
- Para la pasta de tomates secos: procesarlos con aceite de oliva, sal y pimienta.
- Disponer en la base de una sartencita un hilo de oliva, el ajo picado y un colchón de hojas de rúcula. Llevar a la parrilla para que se ablanden.
- Marcar en la parrilla bien caliente la provoleta y llevarla del lado sin cocción a las sartencitas con la rúcula.
- Untar con la pasta de tomates secos, y servir con la cebolla por encima.
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