En esta película de Netflix, Liza Drake es una madre soltera que está atravesando un momento económico muy difícil hasta que recibe una tentadora propuesta que le pone la vida patas para arriba.
Pete Brenner, por su lado, es el representante comercial de una farmacéutica que conoce a Liza en este contexto y acaba implicándola en una peligrosa trama criminal.
Lo que se desarrolla a partir de esa alianza es una escalada: no solo de éxito, sino de decisiones que cuestan más de lo que podían imaginar.
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Netflix presenta El negocio del dolor y abre la puerta a un mundo donde la línea entre salvarse y hundirse es peligrosamente fina.
¿De qué trata?
El negocio del dolor (título original Pain Hustlers, 2023) lleva al espectador al oscuro corazón de la industria farmacéutica de Estados Unidos, durante la crisis de los opioides.
La historia sigue a Liza Drake (Emily Blunt), una madre víctima de la precariedad que, tras perder su trabajo, acepta un puesto en una compañía farmacéutica en quiebra. Su ascenso es meteórico: con carisma y empuje logra convertirse en un vendedor estrella y cambiar su vida.

Pero el éxito tiene un precio alto. Con la llegada de Pete Brenner (Chris Evans) como representante ambiguo de la empresa, Liza se ve envuelta en un entramado criminal: marketing agresivo, sobornos, prescripción imprudente, dependencia de pacientes.
La película muestra cómo esa ambición personal regula un sistema que explota el dolor para lucrar. No es solo la historia de una mujer que se deja seducir; es el retrato de una industria que convirtió el sufrimiento en producto y el individuo en cliente.
¿Quiénes actúan?
El papel principal está en manos de Blunt, quien da vida a Liza Drake, mujer compleja que encarna tanto esperanza como caída. Su interpretación aporta profundidad a un personaje que transita la seducción del éxito y la culpa.
Evans, por su parte, interpreta a Pete Brenner, ambicioso vendedor farmacéutico que representa el otro lado del espejo: el que manipula, induce y se beneficia del sistema.
El reparto se completa con Catherine O’Hara, Andy García, Jay Duplass, Brian d’Arcy James y Chloe Coleman entre otros, quienes aportan los matices del engranaje corporativo, familiar y legal que rodea la trama.

Basada en hechos reales
La película se inspira libremente en hechos reales: en el escándalo de la farmacéutica Insys Therapeutics, implicada en la crisis de opioides en Estados Unidos.
A través de un guion que mezcla ficción y realidad, el retrato es contundente: el dolor humano como motor de negocio, la vulnerabilidad como mercado y el sistema de salud como terreno de caza.
Netflix la describe como “película basada en hechos reales” y “drama sobre temas sociales” en su ficha oficial.
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¿Por qué verla en Netflix?
Porque El negocio del dolor ofrece más que una historia de corrupción: plantea preguntas sobre el costo personal de la ambición, la ética en la medicina y el valor del sufrimiento cuando se transforma en mercancía.
Además, la película combina actuaciones sólidas, tensión dramática y un planteo moral tan vigente que duele. En tiempos donde la salud se comercializa, esta historia incomoda y alerta.



