Tener plantas dentro de casa y que se mantengan lindas no es tan difícil como parece. Con un par de cuidados básicos —como regarlas bien, ponerlas en el lugar indicado y estar atento a plagas— podés evitar que se marchiten y que te duren mucho más.
1. Elegí la planta según tu casa
Antes de comprar, fijate cuánta luz natural entra en el lugar donde la vas a poner.
- Si es un espacio con poca luz, un potus o una lengua de suegra van bien.
- Si hay buena luz indirecta, podés optar por una monstera o un helecho.
- Si les da el sol directo, cactus y suculentas son la mejor opción.
2. Luz: el factor que más influye
- Sol directo: para cactus y suculentas.
- Luz indirecta: helechos, monsteras y orquídeas.
- Poca luz: potus, zamioculcas, lengua de suegra.
Si la planta no recibe la luz que necesita, va a dejar de crecer, perder hojas o ponerse amarillenta.
3. Riego: la medida justa
El error más común es regar de más.
- Tocá la tierra: si está seca, recién ahí agregá agua.
- Usá macetas con agujeros abajo para que no se acumule agua.
- En invierno, bajá la frecuencia de riego.
4. Humedad y temperatura
Muchas plantas vienen de climas tropicales, así que si tu casa es muy seca, podés pulverizarles agua en las hojas o ponerles cerca un recipiente con agua. Evitá ponerlas al lado de la estufa o en lugares con corrientes de aire frío.
5. Abono
En primavera y verano, sumá fertilizante líquido cada 20 o 30 días. En otoño e invierno, la mayoría entra en reposo, así que no hace falta.
6. Plagas: detectalas a tiempo
Revisá hojas y tallos todas las semanas. Si ves manchas raras, telarañas o bichitos, limpiá con un trapito húmedo o aplicá un insecticida apto para plantas de interior.
Preguntas frecuentes
❓ ¿Cada cuánto hay que regar una planta de interior? No hay una regla fija. Lo mejor es tocar la tierra y regar recién cuando está seca.
❓ ¿Cómo saber si le falta luz? Si tiene hojas amarillas, tallos muy largos o no crece, probablemente necesite más luz.
❓ ¿Tengo que trasplantar? Sí, cada 1 o 2 años pasala a una maceta un poquito más grande para que las raíces tengan lugar.
En resumen: Con buena luz, riego controlado y un poco de atención, tus plantas de interior pueden estar verdes y sanas todo el año.