Tres días antes de la llegada al mundo de Luis Miguel Gallego Basteri, popularizado como Luis Miguel, sus padres Luisito Rey y Marcela Basteri ya se encontraban en San Juan, Puerto Rico, preparados para conocer al bebé que cambiaría sus vidas radicalmente.
A Marcela le hicieron cesárea. El futuro cantante nació el 18 de abril de 1970, pesó 3.864 kilogramos y midió 53 centímetros. Luisito le otorgó su nombre en honor a un torero que admiraba desde siempre, Luis Miguel Dominguín.
El médico que atendió el caso, Manuel Gómez Disdier, dijo en tono de broma que el pequeño tenía un llanto potente y que tal vez sería artista como Rey… y no se equivocó. Cuando lo registraron oficialmente, Luisito dio una fecha errónea. Dijo que “Micky” nació el 19 de abril a las 11:30 pm, y así se quedó.
Su familia se radicó en México por algún tiempo, y esa fue la razón principal de que se pensara que el guapo artista era azteca. Su primer año lo celebró en Ciudad de México.

Luego se mudó con los suyos a Monterrey, más tarde a Nueva York y por último a Cadiz, España, donde nació el segundo bebé Gallego: Alejandro, el 25 de agosto de 1972. Fue desde aquel momento su compañero de juegos y diversión.
Antes de alcanzar la popularidad, Luis Miguel tuvo una niñez tranquila junto con una madre que lo amaba, y un hermano que siempre estuvo para él. Aprendió a viajar constantemente por la profesión de su padre: el canto.
Estuvo en distintos países como España, Estados Unidos, Venezuela, Italia y claro México, en tanto Luisito tocaba. Micky confesó una vez que adoraba ver a su padre actuar, quería dedicarse a eso.
Se le consideró como un niño muy carismático, educado y despierto. El único dolor de cabeza para sus padres, era lo referente a sus estudios, aunque le gustaba las clases de ciencias naturales y de artística.