Después de quedar embarazada, Jazlyne Oleson quería que su marido se pusiera en sus zapatos por un día. Y, aunque no puede experimentar lo que es estar "embarazado" físicamente, a Jazlene se le ocurrió una idea.
A la mujer, de 24 años, de Utah (EE.UU) se le ocurrió pegar una enorme sandía en el torso de su marido, Daniel, y le hizo encargarse de todas las tareas del hogar durante un día.
Lo que empezó como una broma pronto se convirtió en un reto para Daniel, que se dio cuenta de lo difíciles que pueden llegar a ser las tareas sencillas con una gran "panza".
Daniel se dio cuenta de que le costaba agacharse, salir del coche, fregar, e incluso afeitarse.
En un momento dado, incluso, tuvo que subir las escaleras tambaleándose. Toda una hazaña.
Fuente DPA.