Más allá de los temas prácticos y las fechas de caducidad de los productos, la mayoría de los expertos coinciden en la importancia de hacer ciertas preguntas para decidir si se debe continuar guardando los cosméticos que hace tiempo que ya no se usan.
Aunque hay varias posibilidades, se pueden resumir en las siguientes:
¿Cuándo fue la última vez que se utilizó?
Si ni siquiera se recuerda la fecha es mejor deshacerse del producto. Si no se usaba porque no recordaba su existencia - suele pasar con las barras de labios- se le puede dar otra oportunidad poniéndolo en un lugar destacado del neceser.
¿Se volvería a comprar?
Muchos expertos son tajantes al decir que solo se deben mantener los cosméticos que se utilizan una y otra vez. Si no, tal vez es hora de dárselo a otra persona.
¿Está feliz con esa crema, barra de labios o base de maquillaje?
Marie Kondo y otros gurús del orden recomiendan que si un cosmético no transmite alegría cuando se usa, la mejor opción será deshacerse de él.
Por último, es importante considerar que si un producto cambia de olor, de textura o de color, es necesario desecharlo. No obstante, antes de que esto ocurra, puede ser que ya haya superado el límite de tiempo de uso recomendado tras su apertura.
Todos los cosméticos indican en su envase el tiempo que permanecen en buen estado una vez abiertos. Se debe prestar atención a esta indicación porque no solo depende del tipo de producto, sino también de su composición.
Por lo general, los cosméticos y los productos de maquillaje naturales duran menos tiempo abiertos que los cosméticos tradicionales. En cualquier caso es imprescindible, tal y como indica Natalia de la Vega, creadora de Tacha Beauty, que se conserven en una temperatura adecuada para mantenerlos en buen estado.