La película A space Odyssey (Odisea del espacio) de Stanely Kubrick hizo que James Cameron definiera su vocación.
El filme del género ciencia ficción, que fue estrenado en 1968, marcó un hito por su estilo de comunicación visual, sus turbulentos efectos especiales, su realismo científico y sus proyecciones vanguardistas, dejando prácticamente hechizado a Cameron.
Tanto fue ese encanto que Cameron empezó a filmar con una cámara de 16 mm, ideando aventuras espaciales y creando sobre todo sus propios efectos visuales.
Aunque sus conocimientos en la materia eran pocos, Cameron continuó mejorando sus habilidades para la dirección de películas. En 1973 se inscribió en el Fullerton College para cursar física, pero la carrera no le agradó del todo y la abandonó para estudiar literatura inglesa.
Dejó esos estudios en el otoño de 1974 y prestó sus servicios como mecánico y camionero, trabajos que alternaba con la escritura, lo que le permitió aprender a crear efectos especiales.
En aquel entonces Cameron asistía la Universidad del Sur de California en Estados Unidos, donde efectuó su tesis sobre impresión óptica, proyección cinematográfica y transferencia de colorantes; es decir, todo lo que tuviera que ver con la tecnología del cine. Aquellos trabajos que podía fotocopiar, lo hacía, de lo contrario tomaba notas para no olvidar ningún detalle.
En 1978 empezó su relación con Sharon Williams, quien fue su pareja hasta 1984. En 1979 se estrenó Star Wars, considerada un hito en la historia del cine, básicamente por el uso de efectos especiales innovadores en la época.
Fue tanta la influencia de esa película en Cameron, que decidió dedicarse a la industria cinematográfica. Su amigo William Wisher le tendió la mano en este nuevo reto y el canadiense creó algunos proyectos. En ese entonces fue contratado por la empresa busca talentos New World Pictures como creador de efectos especiales.
Día a día Cameron fue mejorando su estilo y perfeccionando su trabajo, hasta que le llegó la oportunidad de dirigir de la mano del productor italiano Ovidio G. Assonitis.
A partir de ese momento, Cameron se erigió como uno de los creadores cinematográficos que más le ha aportado a la ciencia ficción. De sus ocho películas, seis pertenecen a este género.
En 1984 alcanzó la fama como guionista y director de la película de acción y ciencia ficción con Terminator.