A la historia de Kim Guiley y su esposo Travis sólo le faltaba un testimonio fotográfico para que se viralizara por todo el mundo. Dicho y hecho.
Resulta que la estadounidense (oriunda de California) transitó todo su embarazo con la certeza de que le darían una hermanita a Hazel, su primera hija, dados los resultados de todos los exámenes médicos previos. Sin embargo, la pareja tenía fuertes deseos de tener un varoncito y al parecer sus plegarias fueron atendidas.
Así, Kim se preparó para dar a luz en su propia casa, dentro de una suerte de polopincho, bajo supervisión médica. Además, en la improvisada sala de parto también había una fotógrafo profesional que registró los momentos más maravillosos de la familia Guiley.
Grande fue la sorpresa de Kim y Travis cuando el partero le entregó a un nene, y no una nena como predecía la ciencia. Algo de eso intuyó la rubia, ya que sólo había elegido el nombre de la criatura en caso de que sea varón, y fue Theo.
El caso, ocurrido en julio, fue reflejado en Instagram por Kim Guiley: "Después de una vida de soñar con tener un hijo de cada sexo y de pasar meses creyendo que sería otra niña, ese momento en que descubrí que Theo había arribado al mundo, fue único".
Aunque más calma, la mamá luego reflexionó con la dolorosa experiencia de haber sufrido la pérdida de un embarazo.