La maternidad marcó a fuego a Sabrina Garciarena (33), quien hace tres meses fue madre de Beltrán, su segundo hijo, fruto de su relación con Germán Paoloski (42). De regreso al ruedo, la actriz de Golpe al Corazón realizó una producción de fotos junto a su bebé y León (3), su primogénito.
Al igual que en su primer embarazo, Garciarena no se preocupó por hacer dieta. "Engordé como 17 ó 18 kilos, que en mí, que mido 1,60 metros, se nota... Para mí, lo de que dar de mamar adelgaza es un mito. Entiendo que hay gente a la que le pasa, pero a mí no me pasó. Bajé 14 kilos en el parto y postparto inmediato, pero todavía tengo algunos ahí dando vueltas. El obstetra me dijo que me iba a costar bajar los últimos y es verdad, hago una dieta, voy al gimnasio..., pero acá están", afirmó en una entrevista con la revista Ohlalá!
"Cuando Germán me dice algo, le digo, 'agradecé que hago todo y encima tengo una sonrisa en la cara, porque no es fácil'".
En cuanto al postparto, Sabrina admitió que fue complejo: "Lloraba, me dolía todo. El postparto es complicado, tanto con León como con Beltrán me pasó lo mismo. Los primeros días, cuando vuelvo a casa después de estar en la clínica, me pasa que me pongo a llorar por todo. Pero por todo, eh. Germán me decía '¿qué te pasa?' y yo lloraba... Y no sé, es algo muy hormonal. En ese momento es una sensibilidad muy extrema". Luego, agregó: "La verdad es que todo el primer mes te lo pasás en pijama, en tu casa, dando la teta y conociéndote con el bebé".
Garciarena también explicó cómo es su relación con el periodista en la intimidad del hogar: "Él no me la rema en el sentido puntual de las tareas de la casa, pero ahora que León está más grande y están súper enamorados entre ellos, me ayudó mucho con él los primeros días después del nacimiento de Beltrán. Igual, cuando Germán me dice algo, le digo, 'agradecé que hago todo y encima tengo una sonrisa en la cara, porque no es fácil'".
De todas formas, Garciarena y Paoloski se dan sus espacios para el romance en la pareja, según reveló Sabrina: “El otro día me avisó que no tenía programa y, como tenemos una persona con cama desde que nació Beltrán, y el freezer lleno de leche, entonces decidimos salir a comer. Y nos miramos onda "uf, qué fiaca tener que salir", pero al final la pasamos bomba".

