Tras operar en la Clínica Olivos por un hematoma subdural a Diego Maradona, su cirujano, Leopoldo Luque, había contado que si bien el Diez quería que le diera el alta él haría todo lo posible para que se quedara varios días más en el establecimiento médico. Y así fue.
Después de haber estado internado recuperándose, el Diez se instaló en la casa que tiene en el country San Andrés y a los días murió solo, en su habitación. Consternado por la muerte de quien fue su paciente, Luque se acercó a la Casa Rosada para despedirse de él.
"Estamos todos muy dolidos por esta pérdida invaluable. Estamos acompañando a la familia. Este es un profundo dolor para todos".
"Estamos todos muy dolidos por esta pérdida invaluable. Estamos acompañando a la familia. Este es un profundo dolor para todos", expresó el profesional en el velorio, haciendo hincapié en que no quería hablar demasiado por respeto a los seres queridos del astro futbolístico.
