En medio de la felicidad que vive junto a Ramiro Arias, con quien espera su primer hijo, Noelia Marzol sentó postura y enfrentó las críticas de quienes la cuestionan por seguir ejerciendo su profesión en medio de su dulce espera.
“Todavía hay gente que me critica. La mujer no se tiene que convertir en una ameba para cuidar su embarazo, salvo que la indicación médica sea que es un embarazo de riesgo”, señaló la figura de Sex –la obra de José María Muscari- que está embarazada de cuatro meses y medio, en diálogo con Por si las moscas, el ciclo radial que se transmite por La Once Diez.
“Todavía hay gente que me critica por mostrar mi cuerpo estando embarazada, pero también recibo mucha buena onda y aprendemos a que la maternidad es compatible con el trabajo, el estudio y muchas cosas que tienen que ver con la vida de la mujer. Me criticaban porque sigo bailando, pero todo eso está aprobado por mi médico. Y la realidad es que está mal culpar siempre a las madres por las pérdidas de los bebés, que además por lo general suelen ser errores genéticos por cuestiones de padre y madre, no errores de la mujer”, agregó, contundente.
"Todavía hay gente que me critica por mostrar mi cuerpo estando embarazada, pero también recibo mucha buena onda y aprendemos a que la maternidad es compatible con el trabajo, el estudio y muchas cosas que tienen que ver con la vida de la mujer".
Luego, dio detalles de cómo empieza continuar con su profesión: “Lo ideal sería seguir trabajando los nueves meses acomodando las coreografías a lo que me diga el médico y a lo que me permita la panza. Si no seguiré haciendo hasta donde se pueda”.
Por otro lado, compartió un profundo análisis: “Hay una presión fuerte sobre ser madre, y todo lo que se supone que dejás de ser al ser madre. Y la verdad es que no te convertís en una sola cosa. Podés seguir siendo sexy, podés seguir teniendo deseo sexual, seguís siendo mujer y te pasa de todo. Esta fue la idea que me llevó a seguir haciendo Sex”.
"Lo ideal sería seguir trabajando los nueves meses acomodando las coreografías a lo que me diga el médico y a lo que me permita la panza. Sino seguiré haciendo hasta donde se pueda".
Y agregó, con humor: “Es verdad que me cambió el cuerpo, no me entran las tangas. Pero entiendo que es un período de tiempo en que el cuerpo se amolda a algo nuevo. No permitirse engordar un gramo es ilógico. Pero por suerte me ayuda mi pareja que no para de repetirme lo linda que estoy y que le encantan mis nuevas curvas. Y que al público no le importa si tengo más celulitis, estrías o lo que sea”.
Por último, Noelia habló de sus antojos: “Pasados los primeros tres meses, que son los más complicados, ya recuperé mis ganas de hace ochenta mil cosas por segundo. A mí me pegó por morfar y estoy naturalizando mis cambios físicos hermosamente así que estoy comiendo a full, me dio por lo salado y los sanguchitos de miga me resultan adictivos en este momento”.