Las palabras "felicidad", "alegría" y "disfrute" salen de su boca con gran espontaneidad, al tiempo que su sonrisa plena denota que lo que dice es sincero. Aunque ya lo ha anunciado, ahora se hace cuerpo y ejemplo: Nicolás Cabré (38) es otro en su relación con los medios y la prensa. Frente a Ciudad, luce relajado y habla con frescura, en medio de la presentación de la segunda temporada de Sugar (junto a Griselda Siciliani y Federico D'Elía) en el teatro Lola Membrives.
Jeans ajustados, remera blanca, zapatillas cancheras y gorra, refuerzan la imagen descontracturada de quien en otros tiempos era visto como el galán reacio y poco comunicativo.
"Rufi es mi vida entera, mi compañera y creo que le encontré la vuelta al trabajo y a lo mejor puede ser que esté más selectivo. Puede ser que elija los lugares en los que sé que voy a estar contento, si no ya no me sirve".
-¿Cómo es para vos protagonizar Sugar?
-Es una obra que me sorprendió, que yo disfruto y la paso bien. Desde un principio fue todo nuevo para mí, por el hecho de tener que cantar y bailar. Para mí el espíritu sigue siendo el mismo, estoy feliz. Espero seguir sorprendiéndome. Me divierte mucho, realmente me sorprendió. Si bien es teatro y tenés tus responsabilidades, tiene música, somos muchos, el equipo que se armó con casi 60 personas con las que nos juntamos y nos reímos. Y la gente la pasa bien...
-¿Ese nuevo desafío de cantar y bailar es lo que hace que disfrutes tanto?
-Animarme me llevó a romper muchas vergüenzas y miedos. Hoy, que ya estoy más acostumbrado, la paso súper.
-¿Cómo te preparás para la llegada de Laurita Fernández en reemplazo de Griselda Siciliani, quien el 1 de abril deja la obra?
-Esto es lo que me sorprende y me permite decir ¡qué bien! Es todo nuevo y no me asusta lo nuevo. Viene Laura, a quien no conozco, y también tengo que aprender de ella. Es otro desafío y está buenísimo.
-Arturo Puig, actor de gran trayectoria en el medio, es el director de la obra y quien se animó hace algún tiempo a este nuevo rol. ¿Te ves en un futuro siguiendo esos pasos?
-Mmm... no. No pienso mucho en el trabajo o qué haré el día de mañana. A lo mejor me puede agarrar esa cosa, pero es muy difícil. Hoy no creería estar preparado para hacer una puesta. Por ahora tomar la iniciativa de querer dirigir no me pasa.
-Estás en esa etapa de tu vida en la que, como a los futbolistas, les empiezan a preguntar...
-(Interrumpe) ¡Por el curso de técnico! ¿Vos me ves más grande?
-(Risas) No, para nada. De hecho te vemos a los 38 sin ninguna arruga. ¿Sos de cuidarte mucho?
-Sí. Me aplico bótox todas las semanas, ja, ja. No, ¡en serio! No me cuido nada, no me pongo cremas. Es más, me tendría que poner bloqueador solar aunque sea.
-Volviendo a lo profesional, durante 2017 protagonizaste una historia fuerte en Cuéntame cómo pasó por la TV Pública. ¿Cómo te sentiste haciendo de Antonio, un padre de tres hijos, rígido y transitando una época tremenda del país como fue la Dictadura?
-Disfruté mucho ese trabajo. Estar en la TV Pública es maravilloso, ya lo había hecho en Variaciones Walsh. Sabía lo que era Cuéntame y me tiré de cabeza. Se trabaja distinto y la pasé muy bien, si bien el trabajo era muchísimo porque también estaba con las funciones de Sugar, el combo estaba buenísimo. Trabajaba de lunes a lunes 10 horas, además de que iba y venía con Rufina (4, su hija junto a la China Suárez) para que no se le modificara en nada la vida. Pero era una locura que me hacía feliz. Hoy por hoy lo que busco es eso, lugares donde se me conozca, que sepan cómo funciono, trabajar con alegría.
-¿Una de tus "condiciones" era poder disponer de algunos horarios específicos para respetar tus actividades con Rufina?
-Son las cosas que te podés permitir cuando trabajás con gente que te conoce. Ellos sabían que tal día y tal día yo tenía mis actividades. Cuando Rufi está conmigo, yo la llevo al colegio y la voy a buscar. No es que pongo un remís para que la busque. Estando en lugares donde me conocen, saben cómo es mi itinerario y es lo que me permite ir contento a todos lados. Cuando se me traba algo de eso, no lo puedo seguir haciendo. Rufi es mi vida entera, mi compañera y creo que le encontré la vuelta al trabajo y a lo mejor puede ser que esté más selectivo. Puede ser que elija los lugares en los que sé que voy a estar contento, sino ya no me sirve.
-¿Te pasó no estar contento en alguno de tus trabajos?
-No, no. No lo digo por experiencias pasadas, sino por lo que venga. Si hoy me proponen estar 12 horas grabando contesto que no, porque me va a hacer mal. Quiero hacer otras cosas, mis prioridades son otras. En otro momento quizás también lo hacía porque no tenía otras ocupaciones afuera. El hecho de que entiendan y sepan que para mí lo importante es llevarla y buscarla al colegio, y que vaya a natación. Quizás no son tantos horarios, pero que te los respeten y que a las tres semanas no te digan "Nico, disculpame, pero no podés irte hoy a esa hora". Entonces era todo un gran combo entre el teatro y la tele. Si bien estaba muerto a fin de año, fui siempre absolutamente todos los días sonriendo.
"No estoy en el grupo de WhatsApp del jardín pero porque no tengo ningún grupo en general. No los entiendo. Lo más probable es que si alguien me mete, al rato lean 'Nicolás ha dejado el grupo'".
-¿Cómo te sentís como padre?
-Estoy feliz. Rufi es híper sociable, ya la conocen todos. No tiene drama, es una gran tranquilidad eso. Yo lo disfruto. Y si hay algo que disfruto también de ser padre es el cambio de rótulo, ahora soy "el papá de Rufina" en todos lados, en el barrio, en el colegio. No soy más el que actúa en la tele.
-¿Estás en los famosos grupos de padre del jardín?
-No, pero porque no estoy en grupos de WhatsApp directamente. Si querés, llamame, tenés mi número, ¡pero en los grupos no me metas! No los entiendo, no sé si quiero leer las conversaciones de mi hermano con otra persona. Lo más probable es que si alguien me mete, al rato lean "Nicolás ha dejado el grupo".
-Se te nota súper feliz con la paternidad, ¿tendrías más hijos?
-Hoy ni lo pienso. El día de mañana, a lo mejor. Soy feliz siendo padre, pero hoy no lo pienso. De hecho, la idea de este año es tener tiempo para dedicarle a la obra, estar con Rufi y tener tiempo para mí.