No muchos apostaron por esta pareja allá a fines de 2008. Un cantante canadiense por entonces desconocido en Argentina enamorado de una de las más bellas y codiciadas actrices nacionales. Y, por si fuera poco, ¡ni él hablaba castellano, ni ella inglés! Pero la historia de amor de Luisana Lopilato (28) y Michael Bublé (39) fue más fuerte. Mucho más fuerte.
"Cuando te enterás de que estás embarazada hay algo que se despierta que no podría definir con palabras. A mí nadie me enseñó a dar la teta, ni a cambiar un pañal, ni cómo tenía que ser como madre".
Hoy, a siete años de aquel flechazo, el matrimonio disfruta de su hijo, Noah (quien cumplirá 2 años el 27 de agosto), y de la próxima llegada de su segundo bebé. Siempre diosa, Luisana protagonizó una producción de fotos embarazada de tres meses y medio para la tapa de la revista ¡Hola! Argentina.
“Yo no tenía un ideal muy claro, pero creo que todas las mujeres nacemos para ser madres. Cuando te enterás de que estás embarazada hay algo que se despierta que no podría definir con palabras. A mí nadie me enseñó a dar la teta, ni a cambiar un pañal, ni cómo tenía que ser como madre”, aseguró la actriz, que reveló que todavía no saben el sexo del bebé. “Me hice dos ecografías: en una me dijeron que era una nena y en la otra que era varón”, contó.
"Tengo mucha hambre de cosas ‘malas’: hamburguesas, panchos, huevo frito, dulces… También me dan ganas de comer morcilla todo el tiempo".
Luisana habló también de sus sentimientos en este segundo embarazo y de sus singulares antojos criollos “Estoy muy bien. A diferencia del de Noah, tengo mucha hambre. Y hambre de cosas ‘malas’: hamburguesas, panchos, huevo frito, dulces… Trato de comer sano, pero por ahí me despierto a las tres de la mañana con ganas de comer un sandwich de manteca de maní y no puedo resistirme. También me dan ganas de comer morcilla todo el tiempo. Con Noah también me pasó, pero es rarísimo porque después del nacimiento, me da un asco tremendo”, explicó Lopilato.
Además, la actriz reveló detalles de la dinámica familiar y sus seres queridos, en quienes descansa como pilar fundamental de su vida. “Mi familia siempre fue mi cable a tierra. Disfruto mucho de estar con mis padres y mis hermanos. Para mí es un buen plan que vengan a mi casa, comer juntos. No me canso de estar con ellos, soy realmente muy familiera y eso me acercó siempre a la realidad. Mis amigas, por ejemplo, son las mismas del colegio. No tengo amigas ‘nuevas’”, completó.
Confesiones de tapa de una diosa embarazada.