El amor y el trabajo le sonríen. En diciembre de 2016, tras siete años de amor, Luciano Castro (42) pasó por el Registro Civil junto a Sabrina Rojas (36), modelo y actriz con quien se convirtió en padre de Esperanza (3) y Fausto (2), para coronar sus historia... de novela. El actor ya era padre de Mateo (15), fruto de una relación de pareja pasada.
"Un día vino mi viejo y me dijo: 'Luciano, vos no naciste para eso'. Y tenía razón", dijo Castro sobre su pasión, relegada profesionalmente, por el boxeo.
Con un presente familiar inmejorable, Castro también disfruta de su trabajo y volvió a protagonizar una campaña de indumentaria para Agustino, al tiempo que se suma a una nueva obra de teatro. Pero lo mejor de todo: ya no padece la fama ni el vínculo con la prensa. "Estoy más tranquilo. Hace veintiséis años que laburo, pero recién los últimos quince empecé a disfrutarlo, cosa que al principio no me pasaba... Jamás pensé que a los 42 iba a estar tan feliz. Tengo tres hijos divinos y una esposa que me ama: nunca imaginé tanto en la vida", dijo Luciano, en nota con la revista Gente, semanario en el que habló de su otra pasión: el boxeo.
"El boxeador quedó relegado. Cuando llegaba a casa, con la cara llena de golpes, Marta, mi vieja, me decía: 'Por favor, hijo, mirá cómo te dejaron'. Lo que más me molestaba era cuando agregaba: '¡Con lo lindo que sos!'", confesó el actor con simpatía.
Luego, con sinceridad brutal, respondió cuándo se dio cuenta que no se iba a ganar la vida con el deporte: "Un día vino mi viejo y me dijo: 'Luciano, vos no naciste para eso'. Y tenía razón".
Fotos: revista Gente.