Los gritos del exterior se convirtieron en un condimento más dentro del juego de Gran Hermano 2015: aportan datos y revolucionan la casa. La invasión obligó a la producción del reality a montar una garita de seguridad, pero la presencia de extraños fue imposible de parar.
En esta oportunidad, el receptor fue Francisco Delgado, participante que fue sancionado por violar los perímetros de aislamiento y "dialogar" con el exterior.
La encargada de transmitir la reprimenda fue Florencia Zaccanti, quien leyó el escrito ante sus compañeros de reality, notificó a Delgado de la sanción e hizo un importante aviso.
"Gran Hermano les informa que un integrante ha sido sancionado ya que ha cometido una infracción al reglamento. Francisco, por interactuar con el exterior y no acatar las indicaciones dadas por Gran Hermano, recibirá dos tarjetas amarillas. Cabe aclarar que a la tercera infracción recibirá la tarjeta roja, y será decisión de Gran Hermano las medidas a tomar en caso de obtenerla. En otro orden, Gran Hermano les informa que en reiteradas ocasiones han sido advertidos por no respetar el reglamento de la casa, como por ejemplo: el uso de los micrófonos, los horarios para levantarse, el mobiliario de la casa e interactuar con el exterior... Por hacer caso omiso a las indicaciones y romper los límites constantemente, de ahora en más, por cada tarjeta amarilla que reciban se les descontarán 20 mil pesos del premio final, en caso de resultar ganador", informó Zaccanti.
Tras la lectura del comunicado, Delgado expresó su contrapunto con fastidio: "Me pueden mostrar el video, porque no interactué con nadie del afuera. Gritan, pero interactuar es mantener una conversación, que no mantuve. Quiero ver un video en el que estoy hablando con gente del afuera", sentenció.
Rápidamente, Pamela David respaldó la medida de la producción y presentó en su programa, El Debate, un video en donde se ve cómo Francisco escucha los gritos de sus amigos y emite su respuesta.
"Moreno 341", fue la voz del exterior que rompió el aislamiento y alarmó al participante. Apoyado en el umbral de la puerta que da al patio, Francisco contestó: "No, no digan eso", respondió, para luego comentarle a Mariano que estaban develando datos personales: "Los vecinos están gritando la dirección de mi casa".
Minutos después, irrumpió otro grito: "Seguí así que es la que va". Y Delgado volvió a responder: "Abrazo grande".