El desafío de los equipos de El gran premio de la cocina era replicar con fidelidad una torta de zanahoria. Con las recetas en mano y todas las tareas divididas entre los participantes, cuando llegó la hora de presentar el producto terminado el equipo verde terminó teniendo un gran desastre.
Lucía: "Estaban muy calientes los discos y se empezó a derretir el frosting. El peso y todo hizo que se empiece a abrir. En la cocina no hay excusas. Llegamos a enfriar, pero es toda materia grasa".
A la hora de poner el frosting, los discos de la carrot cake cedieron y todo se partió en dos. “No lo puedo creer”, lanzó Lucía, una de las concursantes, mientras intentaba sostener la estructura con una espátula. “¿Y si la mandamos al frío?”, sugirió uno de sus compañeros, que empezó a sostener todo con las manos. “Pongámosle más garrapiñadas”, sugirió otro, a pocos segundos de presentar el plato ante los jurados y con una especie de revuelto en la bandeja.
“Estaban muy calientes los discos y se empezó a derretir el frosting. El peso y todo hizo que se empiece a abrir. En la cocina no hay excusas, así que...”, buscó explicarse Lucía frente al jurado, desilusionada por el resultado y con una torta deshecha. “Llegamos a enfriar, pero es toda materia grasa. El frosting tiene queso crema, manteca y chocolate blanco. Lo pusimos en baño maría invertido”, enumeró.
Y aunque la estética no estuvo, el jurado se sorprendió porque el gustó si estaba. Christian Petersen les dijo que “les faltó velocidad”,que todo fue “un problema de tiempo”. “Qué lástima porque si hubiera quedado armada, de sabor está más rica la de ustedes que la original. El frosting tiene buen sabor y la garrapiñada está genial”, buscó encontrarle la parte buena el chef. Mientras Felicitas Pizarro coincidió que la torta estaba “riquísima” y que estas “cosas que pasan en la pastelería cuando las temperaturas no son correctas”.